Constante
o inconstante conozco
la
voz de la laguna,
templada
o fría,
cuando
silba en primavera
o
solloza en otoño.
Sé
lo que pide y cómo lo pide
porque
las aguas reconocemos
un
cierto lenguaje con jurisdicciones
comunes.
Hay
mujeres y hombres de tierra
que
no entienden lo húmedo,
porque
el fluido se escapa en variaciones
complejas
-eso
piensan, y se equivocan-.
El
agua ocupa la mayor parte del mundo
y
fluye como fluye la vida,
a
ritmos, como el tiempo,
como
marcan los besos,
la
caricia,
como
baila el niño la peonza
o
el pecho se estremece
con
el abrazo.
No
hay nada más hermoso
que
contemplar el río y su cadencia
fuera
y dentro, siempre inquieto,
ni
nada hay más sencillo.
Nená de la Torriente