sábado, 31 de octubre de 2015

Unidireccional



No más incompleta transferencia, 
permitido-permitiendo, 
aceptado ese timbre 
toquemos a la entrada. 

No quedan milagros a la víspera 
de una vida prodigada.  
Clava bien tu espada 
donde la carne tenga memoria, 
porque no habrá otro momento idéntico. 

No más mañana, 
ni un poco más y ya llegas, 
ni quizá, puede y ya estás dentro, 
si en la cesta cabemos todos 
no en la mía atropellada 
por solícitos de elevado anhelo 
de devoción. 

Dar desde una sola mano 
y recibir con consentimiento, 
y desde ese acto compartirse 
en mil gravedades 
y levedades simples


No hay cambio de fila, 
ni cambio de habiente, 
ni enfados, ni desenfados, 
ni estará por venir conmigo 
nada que no se haya dado. 

Lo que tengo es lo que doy, 
si lo ofrezco por qué zaherirlo  
o encadenarse a lo meritorio  
como algo connatural y necesario. 
Si de verdad existe un destino 
actuar con él y no abandonarse  
con los ojos en blanco, 
hasta perder inevitablemente 
la perspectiva. 



Nená de la Torriente 

viernes, 30 de octubre de 2015


Nos conformamos 
con ese numen de las campanas, 
que si estaban o si no 
a otro aire, 
que si fueron o no 
que ni lo ocupen,
porque su repicar nos está hiriendo 
el alma 
en este mismo instante. 
Nos conformamos 
con esa amiga que nos encumbra, 
que rebajas nos pondrá la sin condena, 
y ya inventaremos deudas de amor 
imposibles, 
reventando la hucha de la indolencia 
porque no hay amor que se hipoteque, 
ni mentira que sepa estancar el afecto real. 
Nos conformamos 
con días equívocos y tardes lentas, 
indefinido el pulso, 
torpemente aproximado el abrazo, 
el ambiguo verso o el impreciso poema, 
y para qué deslindarlo 
si nadie lo querrá habitar. 
Nos conformamos con pequeños roces 
en lugar de la incandescencia, 
tramos cortos en el indeleble suelo, 
sentirnos qué para ya y ahora, 
sin un luego, sin un quizá. 
Nos conformamos 
con decirnos calladamente 
tal vez hoy pase, tal vez no sea, 
tal vez aquello que ignoré entonces 
debió asumirlo mi estribor, 
será que entonces sobradamente 
no era el momento 
ni el ensueño, 
y la poesía 
y el espejismo 
estaban en otro lugar. 


Nená de la Torriente

martes, 27 de octubre de 2015



Le duele la verdad y su ausencia 
en el camino, 
detrás de la valla, 
donde prosperan los suspiros 
entre la trastienda y la resignación. 
Cabecea, como se enoja 
o se disipa, 
sin entender la sanción 
ni la amnistía 
en los muros recientes y 
en los centenarios, 
los que crearon otros 
y que se dicen así mismos testimoniados. 
Le duele la verdad y su ausencia, 
esa que no distingue en nada que visita. 
La hipocresía, 
la falsa humildad y 
del amor la exigüidad 
más estentórea. 
Una inexistencia parva y sin vestigios 
de todo lo que para ella 
no son accesorios, 
los que deberían gestarse como inexcusables, 
por lo muy acertado de sus fórmulas 
 para lo que implique 
que algo 
'está realmente bien hecho'. 
Le duele tanto dislate, 
tanta frase de comediante 
que desprecia el yo del rayano, 
siendo el mismo yo que va con él 
en silla de montar y al galope. 
La miserable crítica del menos oportuno, 
la canción de los celos innobles, 
la ambición que no conoce 
consecuencias y arrasa. 
Le duele la verdad y su ausencia 
en el camino, 
la curva y su falso ofrecimiento, 
la emboscada que no tarda en aparecer 
engullendo todo a su paso. 

Nená de la Torriente

viernes, 23 de octubre de 2015


Me di la vuelta
y el mundo se había ido.
No había nada que me atormentara
ni nada de aquello a lo que había sonreído
ni lo que había gozado hasta el delirio
en escasos  ins   tan   tes.
Pensé  recuerda, recuérdalo todo,
retenlo en algún lugar de tu mente
por si no hay nada
con lo que llenarla ahora.
Pasaba el tiempo supongo,
porque suponer era el estado más parecido
a éste que estacionado en un punto sin perspectiva
ni siquiera me proporcionaba un vahído
o un pequeño vértigo.
Podía haberme quedado parodista
pero no había imitación burlesca,
y esa claridad tan vacía
no era propia de una pérdida de sentidos
común de una invidente al uso
sino de un vacío absoluto
propio de un nihilismo manifiesto.
¿Qué hacer, me movía?
¿Podría el vacío tener caída?
¿Cómo saberlo?
Di un paso apresurado,
luego otro mucho más lento
y caí estrepitosamente.
El mundo no había desaparecido,
sólo me quedé dormida
como tantas veces dormito al costado de las cosas.
Esa ha sido siempre mi clara lejanía 
contigo,
con el mundo incomprensible,
con todo lo que aborrezco.
 
 
Nená de la Torriente

miércoles, 21 de octubre de 2015


No voy a dejar de estar 
ni de escapar al roto, 
a mi desgaire, a la solapa 
de este libro de un solo volumen 
que no ambiciona más levedad que la suya. 
Si me perdiera en ese instante en que se pierden 
los ojos en otros ojos, y éstos en la inquietud
de las lenguas que manejan más de una saliva, 
me vería en una imagen que no quiero, 
el abanico de un mercado de toldos ambulantes 
de hoy te cedo para mañana concederte 
-siempre que tú te sitúas enfrente  
y nunca cruces esta linde de tenderos- 
Sé que no lo entiendes, 
como te parece un capricho 
que no me gusten las azucenas ni los lirios 
o que las hortensias me parezcan universos 
con millones de paraísos engendrados. 
Mañana cuando despierte 
quizá invoque al duende
de las Despedidas,  
deje arrinconadas mis cosas 
y parta en dos mi manzana, 
o me aleje de esta soledad acompañada 
e invierta mi vocabulario en silencios y sonrisas 
para volcarlo todo en el verso. 
Porque no voy a dejar de estar 
ni de escapar al roto, 
a este desgaire mío, 
a la solapa de este libro de un solo volumen 
que no ambiciona más levedad que la suya. 


Nená de la Torriente

martes, 20 de octubre de 2015

TENME PACIENCIA

Dejaron de encanecerse mis sueños 
como tú me dejaste de soñar. 

Te decía      Tenme paciencia 
porque lloro peces y hablo ríos 
y mi puerto de mar se va a la deriva, 

pero no comprendías que volviese 
a planchar las aguas 
para arrugarlas de nuevo en olas. 

Te decía      Tenme paciencia 
como aguardas cada tarde la marea 
y dejas que el bote no encalle 

bailando juguetón mientras tú le pintas. 

Mis sueños son bucles redondos de calima 
que de blanco sucio de amanecida 
buscaron el color de los atardeceres, 

y al abrirse por el desgaste de los años 
midieron palmo a palmo los acantilados 
que tú paseabas cada día. 

Hoy cruzan vaporosos el océano 
buscando nuevas rocas 
para seguir midiéndolas, 
y llaman a cualquier pie idéntico al tuyo 
 que las recorra en un paseo. 

Y te decía     Tenme paciencia,
                                    sujétate a mí, no te sueltes. 

Pero ya piensas en los pinos de la colina, 
y en el aire furtivo que los oscurece en mate, 

el movimiento del mar se te olvida, 
y las olas 
y las mareas. 



Nená de la Torriente

domingo, 18 de octubre de 2015


Al otro lado del carmín que te besa 
los aproches tiemblan 
y tiembla la garganta y el armónium. 

Un acordeón musitero hace de Guarda guía 
de todas las palabras 
y la voz enmudece descubriendo otro aliento, 

llega el baile incendiado 
donde los acentos se multiplican y se propagan 
como algo ineluctable. 

A este lado del carmín que te habla 
el aire es manso 
y cantaletean las voces en su ornato, 

viaja sencillo, o 

con el pedazo de divinidad en el labio 
que se le otorga al copo de avena solitario 
flotando en la taza, 

cuando todo se suspende en la noche. 

Al otro lado del carmín que te besa 
está la magia, la brisa del mar, la seda, 

lo electrizante, lo hipnótico, 
la titilación, la sacudida, el seísmo, 
la Tierra misma, vestida de carmín rojo.  



Nená de la Torriente

viernes, 16 de octubre de 2015

“Lo específico de la conciencia
es querer experimentar con ella”
Savater

Si pudiera detenerme en un punto exacto 
y gritar amarillo 
y ser eso exactamente y no otra cosa, 
no conocería el verbo ni sus dimensiones, 
ni la forma que tenemos de aprenderlo todo,
sería entonces un grito amarillo 
que no conoce el grito, 
sería un hermoso amarillo que no entiende 
el término amarillo, 
un color que no sabe de la palabra color. 
No tendría mérito ser así 
porque el mérito no se comprende, 
ni ser feliz o infeliz, amado, deseado, 
ni arrogante, ni perverso, 
ni soñar, parpadear o ilusionarse. 
Entonces tal vez sería azul, 
sí sería azul, 
por la posibilidad de ser rebelde 
a mi propia rebeldía. 
Ya ves, tanta geometría para ser tan frágiles. 
El agua es a menudo amiga 
y no nos hunde demasiado, 
otras veces nos recuerda de qué condición somos y
nos empapa al primer contacto. 
Los unos y los otros somos barcos de papel 
siempre metiendo el remo. 
¿Por qué crees que cada loco tiene un tema? 
Si amáramos a los demás 
como a nosotros mismos 
el mundo sería un desastre. 
¿Por qué crees que si no te veo
mi corazón no te siente? 
¿Quién bien te quiere 
tiene que hacerte llorar? 
Hay tantas estúpidas respuestas 
que me darías
que no sé si seguir haciéndote preguntas, 
aunque pensarás que son preguntas tontas 
a las que responderías brillantemente. 
¿Jugamos entonces?
¿Por qué te empeñas en que la cabra tire al monte? 



Nená de la Torriente

domingo, 11 de octubre de 2015

Caleidoscopio


Todo es luz cuando tú eres luz 
cuando desde tus ojos sólo quieres ver 
sin quedarte con nada, 
todo desde ti para ti sin-ti-contigo, 
un tándem sin mendigos, 
una flecha sin caza. 
Cuando salga el sol volverán los recuerdos 
y la Armonía crujirá avergonzada 
¿Qué le vendías a la bondad misma?
¿Qué a la generosidad?
¿Qué clase de magnanimidad
disfrazada de humilde natura?
¿Qué  pan de caridad en la mesa? 
¿Qué agua-hielo en el desierto? 
 Entonces, me callo. 
¿Me sería imposible? -pensó aquel-
Sólo abriendo y cerrando
los ojos se me escucharía.
Insistió.
Apagó la luz hasta la más íntima
donde van a confluir todos los reflejos
y al hacerlo su mundo se quedó a oscuras.
Todo es luz cuando tú eres luz
cuando desde tus ojos sólo quieres ver
sin quedarte con nada
-Recordó en su memoria acuática-


Nená de la Torriente

viernes, 9 de octubre de 2015


La miro caminar como una araña 
pestañeando el suelo, 
a ratos fumar a escondidas 
de dentro hacia fuera 
quemando los restos de memoria 
que le quedan envueltos para un mañana. 
Ya no sé si es amiga o enemiga, 
venenosa, de picadura mortal o 
bendecida, 
de agua santificada en los pórticos 
en tardes impares de plenilunio. 
Otras veces pimpla licores 
con la generosidad 
que el café Caleta calienta 
al pescador sin sus redes 
o exhala agua de flores 
del manantial de la Hermida 
limpiando heridas y otras lesiones,  
sin más etílico que lo espiritual 
(que no espirituoso) 
Ya no sé si es quien dice, 
ya no sé si está acabando su periplo 
de verdades  
o si dijo alguna, 
si mintió en su petición de principios 
o me pareció que lo hacía, 
si gestó al ángel o al demonio, 
si prevaricó dándonos un nombre 
de sí misma durante un sueño 
en el que nos confundió a todos. 
Ya no sé, 
pero lo cierto es que la vida 
siempre nos gana por una manga. 
No se ve vencida, 
la acordelemos por la mañana, 
la queramos destruir por el día, 
nos toque los pies con cada noticiario, 
nos endulce con cada sonrisa, 
amamante al vil con su propia linimento, 
encinere al justo de la forma más acanallada, 
atrape al casado que quiere ser liberado 
libere al preso que no suspira. 
Me da igual las doladeras que levante 
si es esquiva o es cautivadora, 
fulana o madre amantísima y sanadora, 
la vida es el pliego de todas las cosas, 
De todo es el pliego La Vida.
Es la estación de todos los trenes,
la mano que todo lo subyuga 
y me duelen los ojos 
de tanto ella. 




Nená de la Torriente

miércoles, 7 de octubre de 2015

TODO TIENE LA VEZ

Todo tiene la vez, 
el acuse de recibo de ser entregado, 
volteándose, baleándose, 
suspendiéndose o conteniéndose 
a voluntad o sin ella. 
Todo puede llegar a ser lo inaugural 
desde su propio comienzo, 
desde su llegada, 
sin abandonar la cabeza de fila 
reteniendo la postrimería 
como algo para lo que no ha nacido, 
para lo que no ha llegado hasta aquí.  
La palabra sólo es un vehículo 
poderoso y de término 
que limita los contornos, 
a veces los dilata y amplifica, 
los enaltece o los deshincha; 
nunca el filo que hace sangrar  
el espacio justo de las cosas, 
nunca la soberanía por encima de la vida, 
lo sublime que hace envejecer a la aurora. 
Hablo, escribo, cierro los ojos, 
y todo tiene la vez, 
la palabra sólo unos pocos. 

(Infortunados 
si nos creemos los dueños 
del mundo) 


Nená de la Torriente

lunes, 5 de octubre de 2015

jueves, 1 de octubre de 2015

Pequeño azul


Junto a la alberca, 
que no era una alberca, 
y la colina, 
un puñado de ramas altas y apiladas, 
nadie se dio cuenta 
de que tú habías crecido. 

Vivía abril aún en tu hermosura, 
pero por dentro 
un velo tejido con huellas 
sobre la arena húmeda 
iba mordiéndote las ganas 
de volver a ser lo que fuiste, 
o no serlo más ningún día 

¿qué hacer contigo? 
¿A quién venderle un segundo 
o un tercer día
la fragancia del primero 
con matices distintos? 

Pensaste hacerte envoltorio 
de cualquier otro libro, 
eclipse de sol, 
ayuno bajo las ramas de las cajigas, 
príncipe heredero de algún venerable 
que codiciara de algún modo 
tu falsa inocencia, 
tu mocedad bien parecida, 

aunque se te olvidaba 
que la mirada de los otros y su lectura 
no era agua del mismo pozo. 

Pequeño azul
¿qué hacer contigo?





Nená de la Torriente