Si me pierdo búscame
en ese mundo vertical
que soñó con ser oblicuo.
Una tapia quizá
con nombre de viejo mundo,
un caracol con voz,
una vieja hiedra reservada,
y un vivo laurel que sabe de mí
más que yo misma.
Si me despisto o me derroto
no te inquietes,
tengo la pelliza del cielo,
llevo coligada la calma,
el destello insomne en el ojo
y aún la palabra escrita.
Nená