martes, 30 de septiembre de 2014
lunes, 29 de septiembre de 2014
Este tiempo y todos
Creo que…
Nunca es tiempo.
He esperado con un
pagaré en las manos
hace mucho, mucho,
para que otro
me dé una respuesta
que no llega nunca.
Me pregunto qué
he hecho tan torpemente
en todos esos
meses, días, semanas,
y adivino que no se trata de
eso.
La vida nos
recorre de una manera
a cada uno,
de un modo diferente, tanto,
que no hay un
recorrido igual a otro.
Tanta espera
que no me he dado cuenta
de que las respuestas,
todas las
respuestas,
siempre fueron mías.
Es mi recorrido el
que está pasando,
lo que sucede es mi
transcurso
y mi perspectiva.
No aguardo ya en un banco
aquietada por los
instantes
la respuesta de
nadie.
El tiempo ha de ser mío
como en el fondo,
en su viaje díscolo o sereno
siempre ha querido decirme.
Nená de la Torriente
sábado, 27 de septiembre de 2014
ni de cabeceos
incesantes contra la pared.
Lo pequeño se
brinda de sí mismo,
se recoge en su
propio lenguaje y
nos hace burla.
Lo pequeño nos
enseña
(a menudo tarde)
una realidad sutil
y maravillosa
que es diana y
referencia
de las cosas de otra magnitud.
Somos previsibles
y tiramos andanadas
a todo
lo que supone un
bulto aparente,
lo retenemos en la
caricia,
pero no en la
pupila,
en la pupila no.
Lo pequeño nos
suele mostrar
el motivo y la
disciplina
para escudriñar
con
otra intención
a la propia vida.
Nená de la Torriente
jueves, 25 de septiembre de 2014
No te vayas nunca.
quédate con tus
ojos presos
en estos y otros desatinos
mimándome mucho.
Déjame ser tu
peregrina y
abarrotar mis
lágrimas
con la blonda
arena del desierto.
Sécame el dolor
con tu preciso
lenguaje,
calma el doblez de
mis delirios
tan
invertebradas e inútiles.
No te vayas nunca,
hazme fuerte,
aligera mi cruz
con la tuya
y evadámosnos como
si la vida
fuera lo que adivinamos:
Una narración
corta.
Nená de la Torriente
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Vivo.
como me vuelco en
vida,
pues no deja de
ser una trenza
interminable.
Soy tuya el tiempo
que me habitas
y la estación que
me nombra
lejos de toda
cordura.
Si andas pensando
o conjurando a la aurora
desapareceré como
huyeron los duendes,
porque la vida
silba a lo que invita a la vida
y no se atiene a
razones ni a tegumentos de tinta.
Mírate en lo
alcanzas,
en lo que turbas,
en lo que meces,
que yo ya te estoy
adorando
hasta en lo que no me
avienes
siendo tan tú .
siendo tan tú .
Nená de la Torriente
martes, 23 de septiembre de 2014
Las raíces de los chopos hablaron
Tengo que deciros
que sois unas cobardes,
sois unos
cobardes,
no os exponéis
nunca a desnudaros de veras.
Maldigo la pluma
que busca atajos
donde no halla a
la lengua,
y enmudece como si
la tierra atrapara
las caderas y el
ombligo más lenguaraz.
Os digo y me
prendo en llamas
que la vida no
tiene misericordia
con el pusilánime,
ni respeta al
animal que se detiene
y se recrea en el
artificio.
Nená de la Torriente
Tu cuerpo extraño
que extrañamente
amanece
es el mío cubierto
de otra lona.
Respira este humo
de despertares
en la esquina de
mi hombro,
preso languidece de
tu humedad
y a ciegas
tropieza y se tortura
con los desniveles
de tu cuerpo.
Soy tan de tierra
como ese lecho
donde plantaste
las blancas lilas,
tan de su aroma
como el perfume
que me regalaste.
Soy la vela de tu
inexistente mesilla,
el papel donde
escribes lo que no puedes
y aún así ambicionas,
el suspiro a solas
de tu pecho,
la palabra primera
y la última,
tu eterno desequilibrio.
Nená de la Torriente
lunes, 22 de septiembre de 2014
A donde nunca se
fueron
iremos
arrogantemente,
que somos osados
para atravesar
los espacios,
y no nos
arrebolamos
en esta o en esa primavera.
Dame la mano y no
hagas preguntas,
no esperes,
no desandes ni
claudiques.
Tómame de la
cintura y camina,
que las cosas
buenas han de llegar
para quedarse,
no para verlas
huir medrosamente.
No es cosa de dos, ni de uno,
es cosa de sangre,
de precipitarse
sin alarido
y respirar hondo.
Vivir es
concedernos,
habitarnos,
instarnos a ser en continuo movimiento.
Dudar, indefectiblemente,
nos ahoga
el alma y la muda en frágil.
Nená de la Torriente
sábado, 20 de septiembre de 2014
Ya no decimos.
El pasado se
dibuja sin presencia
en este futuro que
teme pronunciarse.
Atesoramos nubes
que van pasando
y a veces nos
llueven con estrépito.
También seca la
lluvia
pero no olvidamos
el olor a barro caliente
y a mixtura de
pieles húmedas.
Fuimos en alguna
vida
flor amartelada de
algún insecto,
y tal vez oruga
y tal vez savia,
pero no nos lo
contamos
por si creyéramos en algo más
que este ahora hosco y silente.
Ya no decimos.
Nená de la Torriente
viernes, 19 de septiembre de 2014
Nudo de bocas
se anudan las
lazadas,
el aire se
contiene acariciando las comisuras
¿Dónde estabas?
(Pregunta el que te
besa
sin ninguna
palabra articulada)
Dentro del beso
vive el exceso
emancipado y libre
con un jaque constante
a la reina,
cada vez más
poderoso
en su acoso de
lenguas,
cada vez más arrebatado.
Se van los ojos,
se va el
veredicto, la sensatez,
la prudencia,
emigran los
vientos en sus recitales
de auxilio
a otras banderas.
Labio a labio se
construye el puente,
la bisectriz perfecta,
el lago donde
jugamos a nadar
apartados de la
ropa.
Dime alma mía ¿tú
te
quedas?
Porque ya no sé si
me pertenezco
o soy rehén pignorado de otro
en este
l
a
r
g
o
beso
graneado
de
dos
bocas.
Nená de la Torriente
sábado, 13 de septiembre de 2014
Averiados
En
horas que alargas lo inevitable
se
hilvana a tu costado la sombra
más
oscura de las sombras
y
ni siquiera te estremeces.
Aparece
esa imagen de ti que has visto
tantas
veces,
la
que empujas debajo de la alfombra
o
arrinconas en el rodapié
con
los nervios por ocultarla de una visita.
Emerge
como Maléfica en el cuento de otra,
siempre
más bella pero tan débil
que cualquier fragata rota le sirve de camastro,
ataca la negra el único órgano que no es capaz
de
estigmatizar el cáncer,
pero sí de imprimir el milagro de los poetas
y los dulces adolesquerientes.
Ese
músculo se mastica
en
horas brunas, hace el pino puente,
se
desgrana en pepitas,
se retuerce,
no
quiere seguir latiendo contra corriente
y
se derrumba.
En
esas horas de luz imaginada nada crece,
sólo
aguardas lo inevitable.
Nená
de la Torriente
Me
acerco a ti
como
tormenta de media tarde
tan
atropelladamente que
deshago
los puentes.
Me justifico amor
diciéndote
que soy sólo agua,
gotas
que han querido viajar juntas
para conminarse en tu regato.
Rompo mi sexo en ti sin dolerte
con
la violencia de lo indomable,
el
paroxismo sin resistencia
que
provoca el temblor de la lenguas
si
andamos cerca
y el vadeo de tu pulso y el mío
sin saciarnos.
Si
preguntan por mí los días
diles
que nunca he estado de paso,
que
permanezco sin origen
y
sin posibilidad de marcha,
que
soy emergencia sin azar
para
todas tus fatigas
y
que vivo naciendo en ti
como
un rebrote que no conoce
la
quietud.
Nená de la Torriente
viernes, 12 de septiembre de 2014
Qué
adentro se cuelan los días
cuando
la luna no es perezosa.
Ésta
tan próxima nos hace veleros
sin
armar
con
velas de dudosa textura.
Somos
de mar como sus mareas
y
el contoneo fauno de su oleaje,
animales
marinos con añoranza
por
tomar tierra.
Esta
luna tan grande nos toma el pulso,
nos
derriba,
nos
seduce,
hace
de huesos y músculos una miscelánea.
¿Qué
somos más que lo que ella nos condiciona?
Un
par de alas rotas
que
se pasan la vida remendándose,
pájaros
huidizos, y a veces,
enormes fauces de león.
Nená de la Torriente
jueves, 11 de septiembre de 2014
No
me vendáis soldaditos de plomo
ahora
que es malo para la salud,
ni
batallitas de otras épocas que
no
miren los desgarros de ésta.
Soy
una principiante,
siempre
soy nueva e inexperta,
me
adelantan todos con sus caballos
alocados e imaginarios.
No
quiero venderos platas
ni
poesías a medias,
ni
siquiera líneas de tinta
que
constituyan renglones.
Yo
soy un yo divagante, incompleto,
que
añora las hortensias
por
sus múltiples hojas.
¡Dejadme que sean del color que quieran!
(Al
menos eso, ¡dejadme!)
No me tengáis sólo en lo que la lectura airee
que
como un verso inacabado
nunca
sabréis quién soy
ni
de qué ternura me cuelgo.
He
visto como lloráis en horas de luna
y
en minutos de incandescencia,
y creedme:
De mil modos, siempre
os llevo de la mano
o arrimaducos a mi cintura.
Beso el aire que vincula
vuestra leontina
pero no soy ese preciso reloj.
¡Debéis vivir, eso toca!
¡Debéis vivir, eso toca!
Nená de la Torriente
martes, 9 de septiembre de 2014
Disipa la niebla
Duerme
la tierra y los horrores andan.
Niebla,
todo es calígine de lo vivo,
el
vaho de vuestras
y aquellas licencias.
y aquellas licencias.
Nos
fingimos miopes de todo lo terrenal
más
allá de nuestras prendas
para
preservar ¿qué concordia?
Un
poco más allá la hembra sangra.
Al
niño se le desprenden los dientes
de
tanto anhelar cuencos colmados.
El
viejo muere de tristeza.
El
hombre es prendido
por
los innombrables.
Aquí
mastica un perro el aliento
de cocina de vanguardia,
en
la parte de atrás de tu restaurante,
y
el olor a baratija
envasada
por horas sucias
en
manos de niñas
se recrea en los rincones
de los establecimientos.
El
sexo de un infante
sigue
siendo una moneda,
y
ellos mastican chicle
embarcados
en viajes etílicos
de
oscura procedencia.
No
todo está bien, no.
Levanta la niebla,
sacude
mantas.
Avista, otea, distingue, advierte.
Abre
los ojos a todo
lo
que no seas tú.
Muerde la vida, que no te empuje,
que no te distraiga lo narcótico
de la opacidad.
Nená de la Torriente
lunes, 8 de septiembre de 2014
Tengo
que decirte
que
detrás de estos ojos
hay
cien tabiques,
que
levantaron los años
con
su imprudencia.
El
pudor que mató la insolencia
y
la desfachatez más brillante
atrapada
en las cunetas
y
en la gravilla de los caminos.
Tengo
que decirte
que
persigo la luz voraz e intensa
para
que me lave por dentro
como
una ablución lumínica.
Que me
cuelgo de todos los balcones
y alcanzo
todas las cornisas
como
gata huyendo de ratones,
de
rufianes y mendrugos
arropados
en mancha,
buscando
sólo tu amor en las tapias
y
la palabra
que se rescata a sí misma.
Nená de la Torriente
Cuando
he sido arena,
cuando
he sido lluvia,
las
palabras sonaban distintas.
Distinto
el cascabel de los sentidos
que
travieso se colaba en lo disperso
haciendo
nidos.
Nunca
fue idéntico el silencio
que
perfilaba los cuerpos en las noches
de
vino,
ni
similar cada uno de los amaneceres
que
desperté contigo.
Cuando
he sido juventud,
cuando
he sido voz sostenida,
los
versos sonaban distintos.
Diferente
la comisura y el beso
que
revoltosos enredaban en lo prohibido,
probando
flaquezas que desvistieron decoros.
No fui patrón de huidas
que calmaran descuidos,
ni cazán con relincho furtivo.
Cuando
he sido gorrión,
cuando
he sido maestra,
la
risa sonaba,
ha sonado y suena distinta.
Desigual
la verbena que amenazaba
el
vértigo en el vals de las velas,
anunciando
la elección de un solo hombre
y
esos labios que tendrían que beber
de
la misma hondura caótica,
mi
sexo.
Jamás un nombre común
a todos los nombres,
jamás una dirección,
jamás un apellido.
Nunca un después.
Nená de la Torriente
sábado, 6 de septiembre de 2014
Así
no.
Atar
remolinos de viento
con
cabos de enredadera,
por
muy verde que tenga la hoja.
¿Dónde
viste eso?
Así
no.
Con
el arropo de los brazos
pero
sin el trenzado de los dedos,
sin
sujetarse del pelo
por
temor a ser cometa
en
las manos de otro.
Así
no.
Esperando
que apague su luz
para
que todas las puertas se cierren,
vigilante,
sufriente,
a
la espera de que permanezca en su almena.
Así
no.
Como
ratón para ratón
disfrazado
de gato,
‘yo
voy a traerte el queso’,
siempre
en distinto escalón,
siempre
con miedo.
Así
no.
De
tu barca a la mía
al
oleaje que el mar disponga
porque
el mar es nuestro,
mírame
a los ojos siempre
¿por qué miras alrededor?
Nená de la Torriente
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