Así
no.
Atar
remolinos de viento
con
cabos de enredadera,
por
muy verde que tenga la hoja.
¿Dónde
viste eso?
Así
no.
Con
el arropo de los brazos
pero
sin el trenzado de los dedos,
sin
sujetarse del pelo
por
temor a ser cometa
en
las manos de otro.
Así
no.
Esperando
que apague su luz
para
que todas las puertas se cierren,
vigilante,
sufriente,
a
la espera de que permanezca en su almena.
Así
no.
Como
ratón para ratón
disfrazado
de gato,
‘yo
voy a traerte el queso’,
siempre
en distinto escalón,
siempre
con miedo.
Así
no.
De
tu barca a la mía
al
oleaje que el mar disponga
porque
el mar es nuestro,
mírame
a los ojos siempre
¿por qué miras alrededor?
Nená de la Torriente