jueves, 28 de febrero de 2013




Hoy me siento bien porque 
no he pensado en mí, 
como un yo con un contorno 
definido. 
Una tierra que labrar y esperar 
a recoger sus frutos, 
labriega de horizontes cortos 
y medidas en función de mi ojo, 
de mi pie,  de mi palma pequeña. 
Me doy cuenta que es difícil salir de 
nuestro propio territorio, 
dar un paso largo y mirarse desde fuera, 
o sencillamente mirar 
con los ojos del mundo. 
Hoy me siento bien 
porque me acompaña mi yo, 
no voy dentro, 
y puedo estar en otros pies 
y en otros ojos y en otra bocas 
con sus palabras distintas. 
Miro boca abajo y boca arriba 
sin sentir mareos y comprendo, 
y asumo que el mundo es mucho más complejo 
que mis cuatro torpes sumas 
y mis cientos de sentencias. 




Nená de la Torriente

-EL POEMA-

Cuando te vas o te fuiste hace tiempo 
¿qué que queda en aquella hoja 
que tembló contigo? 
Pariste un hijo templado sin el orgullo 
de pertenecer a un sitio, al contrario,
pariste un aventurero con ansias 
de bombardear el horizonte y hacerlo suyo. 
Pero ¿qué queda de ti en él,  cuando cruza 
la línea de otra pupila y se adhiere a sus vísceras? 

  

Nená de la Torriente

miércoles, 27 de febrero de 2013




Tu piel y mi piel están cantando,  
son reales 
no lo son, 
siluetas, 
sombras, 
amantes en un sueño. 

Ni la suavidad de la sábana 
ni el fragor de la noche 
son capaces de distraer su canto. 

¡Cómo cantan tu cuerpo y mi cuerpo!  

Tiembla la mano, la piel tiembla, 
y a cada paso se agitan con su rastro. 
Dudan si recitar un verbo o 
una pequeña letra  
que alarme a los dedos traviesos 
con su tacto. 
Tu piel y mi piel se están cantando 
ellas a solas 
en ausencia 
 de nosotros,  
carentes de un espacio desvelado, 
y tú y yo 
inconscientes de todo esto. 
Formarán juntos su primer poema, 
su verso de amor, 
  su copla de sexo, 
 su balada mágica 
sin vigilia.  



Nená de la Torriente


Cómo olvida el olvido 
lo que desea ser rescatado, 
sin embargo y vagamente,  recupera 
a retazos aquello que siempre 
quiso ser olvidado. 





Como Luisa el pelo liso 
teniendo el pelo rizado,  y Alba 
los rizos para su pelo lacio. 
Cómo tiende a inclinarse lo recto 
y a buscar la recta lo ladeado.  
A veces se ama con vehemencia 
después de odiar desatando el caos, 
o se odia con locura después de amar 
hasta el precipicio. 
Parece absurdo pero las cosas 
buscan sus contrarios 
con imantados modales. 
-Aunque no siempre, 
no siempre-



Nená de la Torriente

-Hipuco 27 febrero-

Cuando has hecho de ti 
una cajita, 
todo son nombres cortos 
y cortapisas, 
y es difícil saltar tanto obstáculo. 
Decoro,  recato, vergüenza, 
sentido de las proporciones 
adquiridas por una herencia cultural. 
Esto está bien,  esto está mal, 
esto suena ridículo,  esto es pasarse, 
es muy difícil escapar a tanta señal 
de no permitido o condenado. 
Cuando rompes una de las paredes 
de tu caja,  también andas desorientado, 
pierdes la perspectiva y 
acometes actos de una liberación absurda. 
‘La niña se baña en el río 
y el río se asombra de su desnudez 
salvaje por cómo desgaja sus piernas. 
Él que soñó siempre 
con una interminable sirena’. 
Cuando eres consciente de tu caja,  
vas cediendo sus cuatro lados 
al mismo tiempo, 
despacio, 
como quien abre los ojos por primera vez. 



Nená de la Torriente

martes, 26 de febrero de 2013

-Querido desconocido:-



La carta se abrió 
para buscar un sitio 
en alguna parte. 
Ella sola no podía sobrevivir 
ahí afuera. 
La tinta tiritaba de frío y  anunciaba 
una muerte de intenciones. 





¡Léeme!,  dijo,  en un susurro de papel 
agónico,  y revoloteó 
junto a su sobre de estraza 
sujeta de una sola esquina. 
El sobre perdió su identidad 
por la afinidad con las enormes hojas 
de las plataneras, 
ahora secas y amontonadas. 
La hoja planeó sola,  como tantas voces, 
como tantos sueños en busca 
de ser descubiertos. 
Aún hoy con el viento alcanza 
alguna esperanza,  tímida ya, 
de ser leída. 
La mayoría del tiempo 
permanece detrás de alguna papelera 
o mal adherida en algún muro. 



Nená de la Torriente



El mundo es para los ingenuos*. 
Ya hay demasiado roto 
y demasiado resabio partiendo 
zócalos que harán caer rascacielos. 
Vamos a regalar queso a los ratones 
y manzanas a las vacas, 
y dejaremos de talar árboles 
para evitar epidemias.  
Lo temido durante tantos siglos 
sucederá, los ingenuos tomaremos 
la tierra y la lavaremos de nosotros 
mismos. 
Desaparecerán los términos 

                                            repre-sivo                                  
               restric-tivo 
               coerci-tivo 
                 opres-ivo 

Y cambiarán otros como 

              administra-tivo 
                    retribu-tivo 
                  prerroga-tivo 
                   impera-tivo 

-y todo lo terminado en -ivo,  como paraguas-

con cimientos diferentes. 



 Nená de la Torriente

*Ingenuo no significa ser idiota.

Me cuesta respirar 
en este espacio tan pequeño. 
Cubro mi cara y pienso 
que estoy en una estepa 
o en una desolada carretera 
de Castilla,  donde parece que 
Dios puede alargar la mano, 
¡engaña tanto el horizonte! 
Me digo ¡venga respira, 
no llores,  estás bien,  pasará! 
Pero derrocho una lágrima inútil, 
tan injusta como tantas voluntades 
estúpidas de este mundo. 
Porque el que sufre no soy yo, 
es el que no tiene qué llevarle 
de comer a su familia, 
el que tiene sobre sí la amenaza 
del desahucio,  el que ha perdido 
lo que más quiere,  y 
tantos otros con sus heridas. 
Por eso cada lágrima que se escapa 
me hace sentirme doblemente 
infeliz,  por egoísta y ciega, 
aunque no sepa evitarlo. 



Nená de la Torriente

lunes, 25 de febrero de 2013




Para estar dos días 
nos ponemos muy difíciles, 
de lado,  escorados como un bote 
a la deriva. 

Es una elección. 



Yo no quiero ir de costado 
no me gusta mi perfil, 
y cuando sonrío estoy muchísimo 
más bella y me duele menos el
epigastrio.
Salgamos a pedir a los jueces íntegros 
            (que aún quedan) 
que procesen a los que nos 
están robando. 
Salgamos a pedir justicia a los honrados 
que aún tienen las manos limpias, 
a los que no tienen miedo, 
a los que aún creen lo que juraron. 
No a decir que se vayan a los que 
no van a irse, 
ni a decir que protestamos por cómo 
y por todo esto, 
porque les da 

i  g  u  a  l 




Nená de la Torriente

Barreduras,  el olor del cigarro 
de ayer. 
Pitañas con restos de pintura, 
agrios en la angostura de la boca 
allí donde se pierde la vez. 
Todo monótono e indiferente. 
Una nota de piano aguda, 
siempre la misma, intempestiva. 
Tu umbral,  tu romántica 
manera de encontrar una cerilla, 
dos cerillas,  tal vez una luciérnaga en junio. 
Cierra los ojos e imagina 
que puedes ver un sol donde tu cielo 
es sombrío,  que hay luz sin derecho 
de visita. 
Que lo fantástico no es encontrar, 
sino que te encuentren,  y que hay 
que saber ocultarse bien 
dejando siempre alguna pista. 



Nená de la Torriente

Si alguna vez te sientas 
en mi silla, 
sabrás de qué te hablo, 
tendrás a la misma altura 
los ojos y verás la misma 
porción de tierra. 
El olor se irá perdiendo 
con cada exhalación de 
ti mismo,  y te dolerá el costado 
por no haber amado mucho más. 

Cuidarás cada frunce e ignorarás 
la palabra arruga. 
Te gustará balancearte con las cuatro 
patas,  aún sabiendo 
que pueden partirse. 
‘La vida es un segundo’,  dirás, 
y empezarás a sonreír 
como no lo habías hecho antes. 
Te verás como esa luz que queda 
después de una gran tormenta. 



Nená de la Torriente

domingo, 24 de febrero de 2013


Me sobra valor para decirte 
que te quiero. 
Tengo valor para decirte que
no te quiero, 
y el valor para escuchar 
que me declaras cualquiera 
de las dos cosas. 

Me falta valor para 
oírte decir que no te quieres, 
y de nuevo escucharme decir 
que no me quiero. 

Y es que esa clavija 
se me cortocircuita, 
se alborotan las tensiones,  
se me apagan las luces y me alcanza 
la impotencia y el llanto. 
Es ir en contra 
de la propia naturaleza. 



Nená de la Torriente

Busco una palabra de otro mundo 
para regalarte, 
pero no la siembres ni esperes frutos. 
No la retengas, 
ni la analices o no querrá venir 
conmigo cuando la halle. 

Busco un regalo distinto,  y al serlo 
no sobreviviría con nuestra impaciencia. 
Un regalo tan único 
que dejases de llorar.
Una palabra sola,  chiquituca, 
de alas cortas o de alas grandes, 
de aires diferentes,  o sin atmósfera, 
sin color o tornasolada y luminosa. 
Un regalo de otro mundo para ti. 


Nená de la Torriente



Hay mañanas de dulce de manzana. 
Mañanas que el sol parece más amigo, 
que el viento incomoda menos y 
hasta el pelo en los ojos,  que ayer 
llamabas ‘cabrónido’ del todo, 
hoy te hace sonreír. 
Las hay que aunque llueva 
parecen soleadas. 
Hay mañanas que la gravedad de vivir 
desaparece,  como lo hace la de ser, 
y eres siendo la levedad del que es 
un pedacito que aún no sabe quien es. 
Las cosas no son importantes, 
están a la derecha, a la izquierda 
o detrás, 
pero nunca delante como una puerta 
dándote en las narices. 
Hay mañanas que todo se dispone 
para que te parezca el día 
más maravilloso del mundo. 



Nená de la Torriente

sábado, 23 de febrero de 2013


De estar estoy donde tú te desvistes 
y elijo la sábana que sostienes. 
Soy el otoño y el verano en calmado 
reposo,  yendo siempre a paso ligero. 
Recorro todos tus pasillos, uno a uno, 
sin permiso, consanguíneamente,  como 
tu misma huella en el suelo. 
Te toco como te tocas,  pero te miro desde 
el otro lado del espejo y te sonrío,  y te beso 
hasta notar en ti un estremecimiento, 
ese que no te explicas. 
Voy sorteando a la gente por donde tú vas 
avanzando en la acera y 
no pierdo detalle de todo lo que miras. 
Me cuelo en tu garganta hasta llegar a tu mente 
y formulo por ti las preguntas, 
por eso a veces te sientes confundido, 
pero me retiro un poco para darte oxígeno 
aunque no me marche nunca. 

Lo siento amor, 
eres mi prisionero. 




Nená de la Torriente

Veremos si la primavera 
te trae las azaleas y las amapolas 
que le pediste, 
y a mí algún jazmín 
para colocarlo bajo la almohada. 
Dejemos las margaritas a las 
que cumplen los quince 
para que sigan deshojando el amor 
como un puzzle. 


Que florezca el limonero para el que 
anda inquieto y separe 
una de sus hojas exprimiéndola. 
Que la belleza del manzano florecido 
devuelva el corazón al pintor en éxodo. 
Veremos si la primavera que pronto llega 
nos arranca esta piel de lagartija 
y volvemos a pintarnos las mejillas 
con el bello clarete de los vinos. 



Nená de la Torriente

-Hipo-


                         -Personas normales-

Hay nociones, criterios, que se me presentan hoy algo más confusos.
Personas normales ¿qué son personas normales?
El que más o el que menos tiene un ‘aquel’ extraño, anómalo, defectuosos, o como decimos vulgarmente, raro.
Antes pensaba, Miguel es normal, e incluso llegaba a decir que era insólito de lo normal que era.
De algún modo las cosas han cambiado o mi mente lo ha hecho por las cosas. Quizá aquella generosa visión de un mundo sin horizonte se ha ido empobreciendo, por logiquísimas razones. El ser humano busca la simplicidad porque sabe que no puede abarcar todas las cosas y quiere conseguir entender el mayor número de ellas.
En cualquier caso la llaneza que veía en los demás antes, ese ‘sin doblez’ , la falta de miedo y la capacidad de entrega, ya no la veo en ninguna parte y de hecho al ejercerla yo, nadie la cree, como si fuera un rara avis o escondiera una intención que en realidad no escondo. Lo más triste, si es que lo es, es que ha dejado de importarme que me crean o no. A estas alturas de grabación lo único que sigo pretendiendo es ser consecuente, y observo que aquella humanidad que conocí ahora la desconozco de idéntica manera, está mucho más asustada, es más egoísta, resentida, desconfiada, mal pensada y solateras, o yo he perdido el aparatejo de traducción simultánea, el instinto.
No ocurre tanto con las personas mayores, quizá porque ellas están cansadas y ejercer de muralla requiere un esfuerzo innecesario, pero también entre éstas he encontrado casos curiosísimos. Lo que me resulta incuestionable, normales o anormales, es que hay personas increíbles, absolutamente sorprendentes, que nunca dejarán de fascinarme.




Nená de la Torriente

viernes, 22 de febrero de 2013

-Conexión-


Este ensamble, conexión, enlace, 
vínculo,  extraña consonancia 
es a través del sueño inocente 
que nos salva de las cosas más tristes. 

Y lo es de tal modo y con tanta fuerza 
que nunca me he preguntado porqué. 

Posiblemente con todos los mundos 
que existen en éste, 
en más de uno esa ligazón 
se quebraría,  es precisa y 
conoce el sitio exacto de su existencia, 
su poderoso alcance 
en mí y en mi necesidad. 

Eres mi otra mitad estando dentro, 
unas veces el todo,  otras una 
ráfaga de viento que inhalo, 
pero eres y sin ti 
yo no soy. 

Es como arrancarle a un hombre 
la niñez que lleva dentro y un poco 
más,  aquel amigo imaginario 
que nunca se perdió del todo. 



Nená de la Torriente