Niña tienes un limón en la boca
me
decía mi padre,
y
yo decía, que bien ¿si?
¡Qué
rico!
-Lo
decía porque a veces era ácida-
Niña
pareces una avellana, y yo decía
qué
bien ¿si? ¡Qué rica!
-Lo
decía porque a veces resultaba vana-
Niña
tienes pies de rana, y yo decía
qué
bien ¿si? Chiquitucos y saltarines
-Lo
decía porque le resultaban feos-
Niña
tienes ojos de camaleón, y yo decía
qué
bien ¿si? Son grandotes y bellos.
-Lo
decía porque cambiaban de color a lo
largo
del día-
Y
me hice mayor.
-
¡Hay tantas versiones de cada frase!-
Nená de la Torriente