Aunque
ande entre tus dientes
el
alambre del contrariado
puedes
crear puentes al infinito,
y
de una china caprichosa en el zapato
sacar
un ramo de hortensias de un
color
imposible y aún así decir:
¡Os
estaba buscando!
es
el poder de abrir el cielo
con
palabras y todo
su
abanico de letras.
Ya
no me sorprendo,
coloco
un plato y un vaso de vino
en
mi mesa,
para
cuando vengas a traer
la
llave del universo,
por
si un día tienes hambre y
quieres
pasarte por casa,
hermano
mío.
Yo
te seguiré siempre
allá donde
tú vayas.
Nená de la Torriente