miércoles, 20 de febrero de 2013


Nada duerme cuando tú estás dormido, 
se lo tengo prohibido, 
se lo tengo prohibido. 

Atentas las esquinas, solícitas las paredes 
y sus rugidos de lenguas, 
presto el aire de la calle y sus coimas,  las 
farolas. 


Alerta están todos los bares,  los poemas 
etílicos,  los versos y sus maletas. 
Los hostales, 
hasta los neones que parpadean. 
Todo te aguarda celoso 
a que despiertes del sueño 
para contarte,  para decirte, 
que nada se escape a tus oídos, 
a tu mente, 
a tus manos de artista.



Nená de la Torriente