lunes, 30 de noviembre de 2015

Se trata de eso


De eso se trata, 
de esa cicatriz en el suelo 
pidiendo auxilio 
en un mundo de impasibles. 
De esa manera de dividirlo todo 
en mitades imperfectas. 
Buenos, malos, 
mano derecha, cuerno izquierdo. 
 Honrados, maleantes, descuideros.  
Los que llevan razón, 
los que no la llevan. 
Conjeturar -por si sirve- 
 mapas estrechos, 
donde no aparecen tesoros 
sólo ruinas, 
partiendo el mundo 
como una enorme sandía; 
así la tierra, 
en campos yermos y de siembra. 
Tanto intelectual sentado 
en diminutos nudos de odio, 
tanto santón con tercer y cuarto plato,
ahíto llegando al postre. 
No se siguen las notas en este 
concierto de ritmos, 
se van restando sonidos 
como quien hipa 
desesperadamente. 
Y entre tanto
y todo atormenta,
se nos muere padre y madre,
y los niños mueren,
y aquí nadie pone remedio 
ni media en esta tormenta, 
de pocos santos 

menos 
intelectos. 



Nená de la Torriente  

sábado, 28 de noviembre de 2015


Boca abajo se peinan las soledades. 

Nadie desea mirar como los cielos paren nubes 
en días soleados, 
y unos y otros cargan los ojos 
de ayeres verdes y de lozanías, 
con encuentros de tal vez un día 
como los relatos breves pero intensos. 

Si llega el temporal a la línea del ocelo 
fingirán que fue un contagio o un vértigo, 
o un mal soplo de viento, 
porque nadie quiere verse en un marjal 
del que no salir airoso, 
limpio, erguido, con un rostro al que recordar. 

Que si con el párpado se ahuyentan las mentiras 
habrá que afinar la expresión 
para no parecer abatido, 
porque nadie quiere que el eclipse le roce 
ni que se atreva a arruinarles la envoltura 
tan permeable para convencer 
a todo aquello que anda bramando por dentro. 

Pero a veces 
-sólo algunas veces-, 
las soledades se confunden 
y se peinan boca arriba. 



Nená de la Torriente

martes, 24 de noviembre de 2015

GORILA DE ESPALDA PLATEADA


Ahora pequeño humano 
qué de verdad tienes en el nombre  
Bla 
Qué en la mención a las estrellas 
Blabla 
Qué en el entusiasmo, la valentía, las ideas, 
el amparo que de noche ofrecías, 
la inocencia en tus horas de barbilla tocha 
buscando el origen del mundo, 
la ingravidez de la palabra mayúscula 
Bla bla bla  
Ya conozco al hombre, 
al gorila de espalda plateada, 
al umbral mismo de todas las cosas 
¡Me faltan ramas donde encararme! 
Porque seguirlo es tocar las estrellas, 
es el entusiasmo del niño que distingue, 
el amparo y el techo del ahora. 
La inocencia de las cosas im-posibles, 
 lograr ver con los ojos mismos 
y sus pequeñas órbitas 
como gravitan  
TODAS 
las palabras mayúsculas. 
Es la paz 
y la verdad misma. 



Nená de la Torriente

sábado, 21 de noviembre de 2015

Noviembre 


Le pregunté al maestro Wang 
qué era vivir, 
estar o ser. 
Contestó que si fuera estar, 
algunos estando no parecen vivir, 
y otros que ya no están 
partiendo hacia lugares 
que el hombre desconoce, 
regresan de manera que la mente 
del que permanece no entiende. 
Y si fuera ser, tendríamos que aceptar 
como vivo todo aquello que existe 
sea consciente o no, tenga espíritu 
o no le reconozca ninguno. 
Le pregunté al maestro Hao 
qué era morir, 
dejar de vivir o 
dejar de ser. 
Me contestó que había conocido 
muchos muertos vivos, 
que el alma es una suerte de fuerza 
que se escapa, 
y que si la muerte es un dejar de ser 
también muda la mariposa de gusano 
a lo que después resulta, 
y no transita en moribunda. 
Le pregunté al maestro Chen 
qué era el amor, 
un deseo diferente 
o la necesidad total del otro. 
Me contestó que ambas cosas él 
las había sentido repetidamente,  
y en ambas había entendido que eran 
formulas disfrazadas de egoísmo, 
y que debía seguir haciéndome preguntas. 
Y con una sonrisa cálida  
y el olor de flores de la Champaca 
se fue alejando como había venido. 


Nená de la Torriente 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

LÍNEA RECTA








Ahora soy de todos. 
Una tela extendida para una larga caricia. 
Ya no hay tiempo escogido, 
ni estigma, 
ni un sólo dolor 
que cargar en mi cruz, 
o un pecado que librar 
en todas mis contriciones. 
Me he muerto 
en ese discurso de galletas con leche 
de un yo ambiguo y caritativo, 
amorosamente fiel a la enseñanza 
de que todo amor es la salvación 
sin tener en cuanta nada, 
sin ser de hembra-hombre 
y que conmigo no llegaste a entender nunca. 
Ahora soy de todos. 
Aurora y despedida, 
una copa de vino cuando la inspiración 
se esquina en curvas de banalidad belitre, 
teta en mesa bordada por madre 
que no gozó de padre, 
el sexo que no conoció el espacio  
del capricho sin reloj. 
Habito en un sobre 
de medidas inexactas, 
soy de todos 
y me he sembrado generosamente 
en la estación de todos los climas, 
en la mano que no juzga, 
en los ojos que no nacieron huecos, 
en el perdón de mí, 
no de los pecados del mundo. 
Y dejo atrás el castigo, 
el muerde hambres, 
el ataque por sorpresa, 
el yo te doy si me subes 
a tu buque de exuberancias, 
el esta boca te aclamará 
si me barres lo que me enreda, 
si me silencias al enemigo. 
Dejo atrás lo que no importa, 
lo que nutre la panza de malaventura, 
lo vergonzoso,
la escalera, 
la moneda y la plaquita en la puerta. 
Y dejo atrás al libertador de quincalla, 
al futurible de bengala, 
al gemelo de Laika en las estrellas, 
al visionario sin fe, 
al oportunista, 
a los que se jactan de ir 
sin haber bebido de su herida. 
Dejo atrás a los que fingen, 
los caprichos pequeños y los grandes, 
las figuras de plomo y las de esta era, 
las saetas de relojes que se ensartan 
en la vena más oculta, 
las medias mitades y las mitades enteras, 
el beso a medio dar 
y el amor a medias, 
el poema que se cuenta con los dedos 
y ese texto que nace para tapizar 
cualquier estantería. 


Nená de la Torriente 

lunes, 16 de noviembre de 2015


Este credo ha conocido las montañas 
a las que tanto escribes, 
el torbellino de aire que baila los ochos  
como infinitos que se siguen, 
la multiplicidad de las aguas 
desde las gotas más pequeñas, 
el amor desde la insumisión y la promesa 
uno primerizo y vacilante, 
parvulario, 
contenido en el espacio que el pulmón guarda
para la risa excitable.  
Este credo sabe de la rigidez por el regaliz 
antes de que entre en la boca, 
de la ternura por los besos con baba, 
de los juicios que mutan por otros distintos 
serenamente sabios, 
iluminando el cielo 
con la existencia de otros cielos 
más allá de su punteado en azul. 
Este credo sabe montar a caballo, 
a cuchos de espalda frágil, 
es capaz de viajar a volapié,  
sobre la anilla de un gusano, 
y si aprende 
sube a un carro blindado para entender 
dónde no deberá subir nunca. 
Este credo es mayor que lo que abarcan dos manos, 
mayor que lo que divisan dos ojos, 
mayor que lo que despiensan dos mentes, 
mayor que lo que desean dos corazones. 
Este credo es arma y laurel, 
sal y porción de tierra, 
signo de energía, talismán, 
remanso de calma y aliento para aquel 
que cree en él y no reconoce más santidad 
que la naturaleza 
y su perfecto equilibrio. 



Nená de la Torriente

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El baquiano y su aprendiz


Ya me temías cuando en brote 
borraba la lisura del barro 
y en promesa me iba retorciendo 
con la alegría de un nudo que se abre. 
Me temías cuando no había asomado 
mis pétalos, 
desconocías mi aroma y mi fruto  
y si mi tallo podía lastimarte 
con aguzadas espinas, 
o atraparte en una suavidad 
lenitiva para todos tus males. 
Ya me temías cuando no sabías 
cómo llamarme, 
y cuando decidiste cómo 
sin conocer siquiera si sería.  
Me temías lejana y atrapada en un suelo, 
expuesta a inclemencias 
y a voracidades de minúsculos infinitos, 
callada como era, 
sin ambición, 
aun sabiendo que jamás 
te robaría las piernas,
la voz, 
las maneras.  
Aunque no me otorgaran honores, 
aunque no me concedieran nunca menciones  
tú sabías bien 
que yo seguiría creciendo,
mis ramas por derecho y nacimiento 
tocarían el azul más claro,  
y hasta el último día
el sol me rozaría el rostro, 
pero a ti tal vez no,
y eso siempre lo echarías de menos. 



Nená de la Torriente

domingo, 8 de noviembre de 2015

El LIBRE 

La libertad no la tienen 
los que no tienen su sed.
Rafael Alberti



Todo le alcanza 
como un bote a otro se abarloa. 
Pierde la voz y le entra el pánico. 
Ve la muerte en cada repulgo de ola 
y sigue queriendo ser marino. 
Ama a una mujer mitad sueño, 
mitad calamidad.
Besa sus pies de escamas 
y en un coma lesivo va del beso 
al vientre sin pasar por su inexistente sexo, 
una anaconda que vive en el océano 
a la que finge no adivinar. 
Su sed no está en el mordisco del aire 
en cada amanecer a solas. 
Regresa a él y se pregunta 
si todo lo que hace vale la pena, 
eso le mantiene cuerdo un día más, 
y así un día menos gasta la vida 
a su manera, 
como sólo él ha elegido. 


Nená de la Torriente

sábado, 7 de noviembre de 2015


Todo ha de ser fácil 
para que me quieras y 
¡oh! 
No siempre un hombre 
oculta sus ojos 
porque ha visto demasiado. 
A medio camino de ninguna parte 
no puedo mirarte, 
se me hunden los pulmones 
en una poza de arena. 
Me estoy perdiendo. 
¿Tiene sentido ya? 
Una vez pensé: 
`Me echo tanto de menos... ´
 Deliraba. 
Mis parpados son armarios en primavera, 
aireándose, 
pero estos oídos han escuchado 
miles de embustes 
¿hoy se puede emplear el término 
sin que te arda la lengua? 
Se ha roto la costura 
que contiene el epítome 
de mis sergas 
y el sonido de las aguas 
que tanto amo. 
Cada día me cuesta más reconocer 
los veracicuánticos 
por los que apostar,  
por eso me acerco a las aceras 
y a sus hervores insaciables 
a recoger los charcos con sus secretos mapas, 
pero no siempre estoy atenta. 
Estoy sola, 
voy a estar sola 
y estaré sola sin paparruchas 
ni codiciadas cobas, 
y felizmente desabastecida 
de mí 
para no acodarme en caprichos. 



Nená de la Torriente

jueves, 5 de noviembre de 2015

Así me duermes todo el tiempo


Cómo se alinean las costumbres 
para adormecer los pulsos. 
Así me duermes todo el tiempo. 
Sin cadencia las aguas 
cierran los puertos 
y las velas se suspenden 
como nubes frágiles. 
Se suceden los días, 
serenamente y casi plácidos 
entre el paladar y la lengua, 
sin oxígeno, 
ajenos a la melancolía y 
a la paz verdadera tras el grito 
y la víscera rota. 
Así me duermes todo el tiempo,  
aferrado a una bola de vidrio 
donde achicar distancias 
y apalear la palabra como a un perro, 
en un dominio aberrante; 
escapando de ese punto 
más allá del extremo del mar 
porque allí no puedes controlarlo todo, 
y es de eso precisamente 
de lo que se trata. 
Así me duermes todo el rato.


Nená de la Torriente

martes, 3 de noviembre de 2015


De nuevo el silbido, 
el aullido del infante 
con demasiados espejos. 
Pico y pala 
pico y pala 
pico y pala 
y la canción de siempre. 
El sembrado y sola la amapola 
en medio de mucho tallo macho 
que piensa que ella está de visita, 
y ha venido a pretender. 
Cuán poco misericordiosa es la breña 
que entre risco y arena 
sólo ve el viejo requiero 
de una canción nada legitimada. 
Cuánta mentira hemos mal alimentado. 
¿A caso crees ojos de agua 
que la amapola se fijó en ti? 
Pico y pala 
pico y pala 
pico y pala 
y ese aire absurdo tuyo
rechazando 
lo que sí vale la pena, 
su entrega como vara de zahorí 
porque ella puede llevarte 
donde no existe la presunción. 
Todo lo que a ti te está estorbando.
Pregunta o abrázala, 
pero no la juzgues. 


Nená de la Torriente

lunes, 2 de noviembre de 2015


Ríete conmigo. 
Somos gazapos saltando maleza 
de distinta crecida. 
Penetramos el vértigo como dioses 
y hundimos nuestro casco 
como botes pedregosos. 
Ríete conmigo. 
No importa qué cosecha de vino 
ni que calores envueltos en remolino  
vengan a vendernos sanaciones. 
Conocemos los símbolos, 
las mayores alegrías, 
la bondad, el regocijo, 
la levedad y hasta el difunto aquel 
que llega con su dedo victorioso. 
Ríete conmigo. 
No te afanes en  banalidades, 
en reconocimientos que alargarán 
tu cuello con avisperos silenciosos, 
nada es gratuito y lo sabes, 
sólo la risa y el aire limpio. 
Vivir es el verdadero sueño, 
la ilusión más cumplida, 
la cita anhelada por todos 
aunque más contravenida. 
Ríete conmigo, 
derrocha brillo en los ojos, 
baba en los labios, 
bendita armonía de simplezas. 
Que el mundo sea mundo descontento 
(si empeñándose sigue) 
que tú y yo seremos carcajada 
sin argumento ni filiación. 


Nená de la Torriente

domingo, 1 de noviembre de 2015


Qué guapos somos 
en las fotos como hipnotizados, 
en busca de un boleto de ida 
a un siempre may-estático, 
una primavera congelada 
en el prólogo de sus mejores yemas. 
Y tanto tiempo permanecemos 
con ese gesto perfilado 
que nos creemos fielmente ese retrato 
que se retuvo en peana sempiterna, 
pero hemos sabido andar sin tanta audiencia 
por laberintos más ominosos. 
Fíjate bien de qué palabras 
nos rodeamos 
¡íntimo fárrago! 
¿no había un par de dos 
menos grandilofeas? 
Ya la intimidad se me retuerce 
cuando intimidad la llamo, 
y el desorden se irrita con exantemas 
múltiples 
por tanto fárrago de riscosas erres 
(me da que le ha brotado una urticaria) 
Pero qué guapos somos 
cuando quietos parecemos 
en ómnibuses de palabras, y 
hasta algunos nos toman tirria 
por creer erradamente 
que nos amamos, 
(que digo yo que sí los habrá 
hasta cuando se apeen de la foto) 
Pero qué desconocidos somos 
entre esta inmensidad de letras 
a las que nadie se acerca 
y por las que casi nadie pregunta, 
¿será verdad que el pulmón que nos respira  
es capaz también de respirar allí donde nos duele 
y de llenar de aire los pies  
hasta sentirnos ligeros, 
como una burbuja dentro del agua? 


Nená de la Torriente