lunes, 2 de noviembre de 2015


Ríete conmigo. 
Somos gazapos saltando maleza 
de distinta crecida. 
Penetramos el vértigo como dioses 
y hundimos nuestro casco 
como botes pedregosos. 
Ríete conmigo. 
No importa qué cosecha de vino 
ni que calores envueltos en remolino  
vengan a vendernos sanaciones. 
Conocemos los símbolos, 
las mayores alegrías, 
la bondad, el regocijo, 
la levedad y hasta el difunto aquel 
que llega con su dedo victorioso. 
Ríete conmigo. 
No te afanes en  banalidades, 
en reconocimientos que alargarán 
tu cuello con avisperos silenciosos, 
nada es gratuito y lo sabes, 
sólo la risa y el aire limpio. 
Vivir es el verdadero sueño, 
la ilusión más cumplida, 
la cita anhelada por todos 
aunque más contravenida. 
Ríete conmigo, 
derrocha brillo en los ojos, 
baba en los labios, 
bendita armonía de simplezas. 
Que el mundo sea mundo descontento 
(si empeñándose sigue) 
que tú y yo seremos carcajada 
sin argumento ni filiación. 


Nená de la Torriente

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