Ríete conmigo.
Somos gazapos saltando maleza
de distinta crecida.
Penetramos el vértigo como dioses
y hundimos nuestro casco
como botes pedregosos.
Ríete conmigo.
No importa qué cosecha de vino
ni que calores envueltos en remolino
vengan a vendernos sanaciones.
Conocemos los símbolos,
las mayores alegrías,
la bondad, el regocijo,
la levedad y hasta el difunto aquel
que llega con su dedo victorioso.
Ríete conmigo.
No te afanes en banalidades,
en reconocimientos que alargarán
tu cuello con avisperos silenciosos,
nada es gratuito y lo sabes,
sólo la risa y el aire limpio.
Vivir es el verdadero sueño,
la ilusión más cumplida,
la cita anhelada por todos
aunque más contravenida.
Ríete conmigo,
derrocha brillo en los ojos,
baba en los labios,
bendita armonía de simplezas.
Que el mundo sea mundo descontento
(si empeñándose sigue)
que tú y yo seremos carcajada
sin argumento ni filiación.
Nená de la Torriente
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