lunes, 1 de febrero de 2021


No me molesten ahora que soy feliz   

que no venga nadie a nombrar tu ladrido, 

porque hoy vadeo mares  

y soy capaz de volar 

como raro delfín buscando azules.  

Al irme ya no tengo a quien enojar, 

ya no tengo quien me duela.   

No hubo derrota amor, no hubo. 

Una bala más es el olvido,

otra la mala memoria.    

Te miro como si nadie, como si nada,  

corono los huesos de este perro 

que sigue llevando tu nombre 

y me atrevo a asaltar su mirada 

invadida por el hambre.  

No hubo derrota amor, no hubo.  

Ya no brilla el dolor en jaulas tibias, 

no hay perdones ni aleluyas, 

se me fueron los incendios

uno a uno 

por la boca,   

pero no hubo derrota amor, no hubo. 


Nená de la Torriente