martes, 1 de mayo de 2012

-Mosca Dragón-


Invisibles libélulas,   si anduvierais 
con dos piernas nadie os vería, 
si con dos manos aplaudierais 
nunca se fijarían, 
aunque el aplauso escuchasen. 
La voluntad de la invidencia 
es fiera una vez sacramentada, 
porque no existen maravillas 
sólo certezas y juicios manuscritos, 
con olor a pipa y ambarina barba. 



Ser predecible y cuantificable 
borra el descuido y el abandono, 
según el ciego el mal de este mundo; 
la autoridad y el mando 
controlan todo con su invidencia clara. 
Y todas las invisibles libélulas 
revoloteando de un lado otro, 
imperceptibles a los ciegos 
-afortunadamente para ambos-. 
Ellas irán musitando la magia 
con un verso por cada ala, 
y una nota por cada verso, 
y un beso por cada nota, 
y un milagro 
por cada una 
de sus caricias. 





Nená

2 comentarios:

  1. Las libélulas, para mí, son afortunadas notas musicales y verbales:

    http://estar-al-acecho.blogspot.com.es/2009/08/inquieta.html

    http://estar-al-acecho.blogspot.com.es/2009/08/acrobacia.html

    ...el ciego mal de este mundo...

    Tan mala es la ceguera tanto en lo previsible como en lo imprevisible.

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  2. He leído tus bonitas entradas, y es cierto que coincidimos en que la libélula suscita, de muchos modos, una magia especial, de hecho en algunos pueblos atrapa leyendas curiosas.
    Cuando las observas muy cerca y ves lo extraordinariamente complejo de sus alas, con rejillas tan bien construidas, y sus cuerpos tan bien hechos, la maravilla se multiplica.


    Nená

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