martes, 8 de mayo de 2012


Ya no habla el mar, 
la mar,  tanto. 
Aquel burbujeo constante 
que aturdía mi cabeza, 
espera, espera ve despacio
que te escucho’,  le decía.




Ahora pasa largo tiempo 
enmudecido,  enmudecida, 
enfadado,  enfadada, 
por el estrafalario 
modo de nuestro lenguaje. 

Ya no acariciamos sus aguas 
con botes,  remos,  brazos
silenciosos. 
Echamos basuras, 
le robamos el sexo 
como a los niños, 
obviamos que vive 
allí abajo, 
que todo late,  que se mueve, 
que se duele,  que siente hambre 
como nosotros 
del oxigeno y de la paz 
que tenía. 
Ya no habla el mar, 
la mar,  tanto,

como antes. 





Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame