domingo, 6 de mayo de 2012


Tiempo para dar, 
tiempo para pensar dando,  
tiempo para dar haciendo. 
Tiempo para dormir  regalando, 
tiempo de reflexión  obsequiosa, 
tiempo de omisión  compartida. 



Tiempo tuyo que obsequias, 
tiempo que construyes invitando, 
horas de asistencia en silencio, 
minutos que das sin enterarte.  
Segundos que libras de dolor ajeno, 
instantes que salvas de un calvario 
que no es el tuyo. 
Todo eso se va 
sin hacer un enorme esfuerzo. 
¿Cómo lo ves? 
De ser algo 
soy palma abierta siempre, 
para que bailen sobre mis dedos, 
no importa quiénes ni cuánto,  
no haré preguntas. 
Entiendo tu puño cerrado, 
tu espacio, 
tus miedos, 
yo he dimitido. 
Si ha de ser así,  que sea, 
prefiero sufrir con la mano abierta 
sabiendo que doy 
todo lo que puedo. 
Que la piel es piel y se arruga 
como se seca el campo, 
y se ciegan los ojos. 
Quiero ver color y alguna risa, 
aunque me duela el costado,  
el de la cruz de los justos. 
De algo hay que dolerse, 
que sea al menos por humanidad. 




Nená

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