Tiempo
para dar,
tiempo
para pensar dando,
tiempo
para dar haciendo.
Tiempo
para dormir regalando,
tiempo
de reflexión obsequiosa,
tiempo
de omisión compartida.
Tiempo
tuyo que obsequias,
tiempo
que construyes invitando,
horas
de asistencia en silencio,
minutos
que das sin enterarte.
Segundos
que libras de dolor ajeno,
instantes
que salvas de un calvario
que
no es el tuyo.
Todo
eso se va
sin
hacer un enorme esfuerzo.
¿Cómo
lo ves?
De
ser algo
soy
palma abierta siempre,
para
que bailen sobre mis dedos,
no
importa quiénes ni cuánto,
no
haré preguntas.
Entiendo
tu puño cerrado,
tu
espacio,
tus
miedos,
yo
he dimitido.
Si
ha de ser así, que sea,
prefiero
sufrir con la mano abierta
sabiendo
que doy
todo
lo que puedo.
Que
la piel es piel y se arruga
como
se seca el campo,
y
se ciegan los ojos.
Quiero
ver color y alguna risa,
aunque
me duela el costado,
el
de la cruz de los justos.
De
algo hay que dolerse,
que
sea al menos por humanidad.
Nená
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