domingo, 20 de mayo de 2012


-Costumbres-

A mi abuelo le gustaban 
los churros y el chocolate 
los domingos en familia, 
las chocolatadas y las bromas: 
‘¡Traedme el termómetro, 
el que tenga más temperatura 
paga la merienda!’.  
Cada año colgaba un jamón
detrás de la puerta. 
Mi hermano mayor,  cuando 
apenas levantaba seis palmos 
del piso, 
daba saltos para mordisquear 
aquel jamón,
saltos que cada vez eran más cortos. 
El calendario ha borrado 
las costumbres, 
y nos ha dado novedades 
diarias,  un poco de caos, 
y rutina a la que ya no puede 
llamarse tradición. 
Ya no veo churros con chocolate 
los domingos, 
ni risas,  ni a ningún niño 
que a escondidas robe mordiscos 
a un jamón en las alturas 
-bueno eso iba a ser más complicado- 




Nená de la Torriente

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