-Costumbres-
A
mi abuelo le gustaban
los
churros y el chocolate
los
domingos en familia,
las
chocolatadas y las bromas:
‘¡Traedme
el termómetro,
el
que tenga más temperatura
paga
la merienda!’.
Cada año colgaba un jamón
detrás de la puerta.
Mi
hermano mayor, cuando
apenas
levantaba seis palmos
del
piso,
daba
saltos para mordisquear
aquel
jamón,
saltos que cada vez eran más cortos.
El
calendario ha borrado
las
costumbres,
y
nos ha dado novedades
diarias, un poco de caos,
y
rutina a la que ya no puede
llamarse
tradición.
Ya
no veo churros con chocolate
los
domingos,
ni
risas, ni a ningún niño
que
a escondidas robe mordiscos
a
un jamón en las alturas
-bueno
eso iba a ser más complicado-
Nená de la Torriente
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