-El
humano poeta-
Dentro
de esta fragilidad,
un
nido.
Parten
veleros
formando
hilos de agua,
como
las cometas hebras
en
el cielo.
Somos
un suspiro dentro
de
un enorme escolanía,
y
damos suma
de
esos blancos veleros,
de
esas cometas bayaderas
y
del dulce canto de los niños.
Nada
más que un nido,
que
va aprehendiendo
la
existencia y el brillo de todo.
Nená de la Torriente
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