Mis recuerdos 

los regalo en paquetes 

de papel de estraza, 

sin atar siquiera, 

por si quieren albergar 

otros,  que perdidos, 

busquen destinatario. 

Hay que construir cuerdos días 

donde nos chiflemos todos, 

nos besemos el dedo, 

por debajo de la uña 

y por encima 

sin volvernos locos. 

Y del mismo modo 

que nos chifle la vida, 

como colegiales a la salida 

del patio,  en una estampida, 

con el corazón a ciento veinte 

pulsaciones por minuto. 

Que aunque todo este jodido, 

nos gustemos hasta decir basta. 

Nená