Perturbadoras
manías
que a más añosos
más nos retuercen
el bastón,
para que andemos
cojos.
Que si la falta de
clase,
que si los
cobardes,
que si los
imbéciles,
el egoísta.
Si todos estos tipos
te empujan
contra la pared
ya a cinco metros,
a medida que ‘descumples’
-o sea te cae a
pluma,
no a plomo, cada
anuario-
los metros se
multiplican por tres.
Si por otro lado
la edad te da
una visión de
conjunto,
sosiega el
espíritu y
te ayuda a
entender,
¿por qué te
rechinan los dientes
cuando ves a un
cobarde, a un
imbécil o a un
rácano?
Manías, lo dicho,
son manías,
que por la razón
que sea
van ‘in
crescendo’.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame