Yo
era mía
hasta
que tú apareciste,
eso
pensaba
pero
no era así.
Creí
que fui tuya
desde
ese momento,
y
también me equivocaba.
No
existe el yo sino el tú
porque
tú eres ese yo que ocupo
antes
de que llegaras,
mucho
antes de que nacieras,
incluso
antes de que fueras una idea.
Y
voy más allá,
mucho
más lejos,
infinitamente
más lejos.
Tú
eres ese yo que hoy invado
cuando
no existía nada,
cuando
la nada no tenía nombre,
ni
el ahora,
ni
las palabras, ni el ni,
cero,
entonces, YA.
Nená de la Torriente
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