-LA
PAZ-
Sí quedan palomas,
pero sólo las
hueles,
no creo que la paz
esté tan cerca.
Tenemos que
escoger otro símbolo,
o nadar, que volar
no se nos da tan bien
como creemos.
Somos alicortos, vestidos con trajes
en ciudades
atrapadas
por la
contaminación lumínica.
Si la paz fuera de
poco a poco
en sumas
sencillas,
como Penélope
tejiendo su telar
-pero sin deshacer
nada
al empujar la luna-,
y cada suma, sumase otra y
así desde la misma
cúspide,
quizá.
Pero eso es soñar, no nadar,
ni volar,
que ser somos de
tierra,
y el hombre pez
una leyenda
del norte.
Sí, podemos ser
Coroccotas,
infatigables luchadores,
y acabar nuestros
días
con un gran ‘yo
hice’
-siempre loable-
También podemos mejorar
en toda medida,
porque eso dejas
al de al lado,
y al que viene en
camino,
y más si te han
conocido muchos.
Ni mezquino,
ni envanecido por
cinco piropos,
ni juez, ni
desmesurado,
ni excesivamente
humilde,
ni sabio de aula
magna.
Y claro:
Ni soberbio, ni
pedante, ni belicoso.
-Demasiado
complicado ¿verdad?-
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame