Nadie sabe que hay
detrás de cada pared.
Ni penas, ni
espinas,
ni pasión ni
magnitud de dolor,
si eso pudiera
medirse.
Hay escalas, patrones,
proporciones, dimensiones y
reglas para
demasiadas cosas.
A veces se nos
llena la boca
con un ¿y tú?
inapropiado,
porque somos
verdaderos
enigmas.
Respira,
no como yo
respiro,
como tú quieras,
pero no esperes
que todos
respiremos del
mismo modo.
Porque para
entenderme a mí
tendrías que
entenderte
tú primero,
y para
comprenderte a ti,
tendría que
conocerme muy bien
yo primero,
así que estamos
condenados
a respirar a solas
sin exigencias ni veredictos.
Nená de la Torriente
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