martes, 22 de mayo de 2012














Algún día 
apagaré el reloj, 
y romperé tantas 
copas de vidrio, 
como copas bebidas 
con delicioso vino 
mientras escribía versos, 
como una lechuza perdida 
en medio de una granizada. 
Tiraré mis empolvados 
huéspedes y mi herencia, 
las maletas que no tuve tiempo 
de abrir, 
y aquellos apuntes interminables 
de proyectos que nunca quise. 
Algún día 
haré siete o veintisiete abluciones 
y siete lamentaciones, 
y siete ‘nunca jamás, 
y romperé siete imágenes 
en mi mente, 
y le diré adiós a todo 
en lo que creí. 



Nená de la Torriente

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