-Un guiño a Pablo, el poeta-
Extraño
tu verso sutil
de
mente clara,
el
de palma abierta,
sin
más letras que comas
ni
más puntos que los
que
amarra la tierra.
No
es mi absenta,
que
yo de esas maneras
no
sé, ni he aprendido,
pero
sí me ayuda a crecer
por
dentro –y por fuera,
de
algún modo-
Es
fermento para esta
cabeza
anárquica, que pasa
del
frío a la ardentía
en
cuestión de segundos.
Y siendo libre en libertad relativa,
se
ve aún más poderosa
viviendo
en tu verso despierto.
Así
que no tardes tanto,
por
favor ‘compi’*,
regurgita
o coloca en mantel
un
plato aunque sea diminuto,
que
me muero de hambruna.
Nená de la Torriente
*
(Atrevimiento atrevido)
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