sábado, 26 de mayo de 2012


Todas,  todas son para ti 
y son tuyas. 
Me gusta verte en esa alfombra 
en medio del desierto 
que va levantando la arena 
cada vez que dices o muestras. 




Sonrío, 
y como un gato que ladea la cabeza 
sostengo la mirada por si cae 
una uva,  una cigarra, 
o una feliz lombriz 
atrapada en el tejido. 
Eres un inquieto,  goloso de frutas 
frescas,  pero siempre dulce y bueno. 
Por eso sonrío, 
me gusta subirme a la colina 
para ver la estela que va dejando 
tu alfombra cruzando el cielo. 
Como los cuentos de las niñas: 
El príncipe y las princesas,  y algún
que otro gato,  con la cola bañada en tinta 
para ir narrando todas las historias.




Nená de la Torriente

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