viernes, 13 de septiembre de 2024


Qué sencillas son las palabras 

cuando las palabras no importan, 

cuando su peso no agobia ni nos asfixia 

en el límite mismo de la vida. 

Un te quiero, un estaré aquí cuando vuelvas, 

el reducto perfecto para estar sin ser visto 

en locuras íntimas y ajenas. 

Y es que quizá nadie vuelve,  

y es que quizá nadie ama, 

ni a la sombra que lánguida llora 

bajo aquella espalda, 

ni a ese tenue resplandor en los ojos 

que más acá se precipita. 

Me derribo aquí bajo el suelo  

respirando bajito, 

entre pequeñas criaturas y grandes secretos, 

expectante  

y en herida permanente,  

por si regresa el peso de las palabras: 

El agobio  

y hasta la asfixia...  


Nená de la Torriente