jueves, 30 de junio de 2011




  

No pedía una suculenta
manera de llevarte    
a la boca,
ni un mano a mano,
ni una increpación que
tirase de la entraña 
y nos revolviera.

Quería un mantel
de cuadros pequeños
-blancos y rojos-
y un par de copas de vino.

Entendernos.

Pero ya nada es tuyo
ni mío,
nada puede detenerlo.
Está vivo,
este endriago está vivo
a pesar de ti y de mí,
de malparirlo.

Nos ata inevitablemente
la diferencia,
la penosa contrariedad.


Nená

miércoles, 29 de junio de 2011


-d   e  s  v  a  r  í  o-

Tengo miedo.
Me pinto los labios
y me acuerdo de ti.
Hoy caminé despacio, y
me empujaron
los niños;
ya no hay parques
para los lentos,
para los que sólo sueñan

-ɐɯәod un sә ou oʇsә әnb oәɹɔ-

Ohhhh
I’m blue, green,
red, yellow wonder.
Ohhhhh
-tarareo-
I’m blue turututú.
I’m red tereteté.
Mi inglés es confuso
cuando pienso en ti.
Ohhhhh
I love or hate you.

Nená

Me he aturdido
en alguna arista
de espaldas al mundo,
con  los ojos desnudos
de ropa y de naipe.

Este infinito mar
es el que me viste,
una luz sobre otra luz,
un manto para invidentes.
Inoportunas o
precisas palabras.

Dime que recoja el hatillo,
                           dime que me vaya;
                           funde un par de versos
                           para pagarme el viaje.
                           Empuja mis cosas
                           al otro lado del mundo, y
                           sacúdete de mí.

      Nená

martes, 28 de junio de 2011

-A Regina-

      
 Llevabas el balde amarradito
entre las manos
como una enorme manzana
dispuesta para el sacrificio.

Yo te sonreí
como sonríen los niños,
sin apresar el aire,
con derroche.

Me subí a tu cielo
e inventé marionetas
que no amarraban el aire,
y sobrevolé ese espacio
una y mil veces,
más allá del aliento del prado,
más allá de todas las cosas.

En el fondo, uno es
la mitad de la mirada del otro,
ese lienzo de la memoria
compartida, y
todas las acciones de tiempo
en común.

Pero tú fuiste siempre
el platillo de la balanza
a ras de suelo.

Nená

domingo, 26 de junio de 2011


He dado giros concéntricos.
Supuse que el mar andaba  
cerca          
y confundí su sonido
con una quietud nueva.

Anhelé las cosas que se
veían
por la ventana,
como la brisa busca el olor
de la albahaca
y lo arrebata, y lo penetra.
Di interminables volteretas
sin hallar nada,
                                 sólo esa manera torpe
                                 de mecer el tiempo.

                  Todo estaba allí,
                   no necesitaba mis ojos,
                   sólo su penetrable código,
                   tan sencillo
                   tan trivial.  

La vida es un montón
de piezas únicas,
seducen, confunden
y desafían siempre.

 Nená

sábado, 25 de junio de 2011


Imaginemos
un huerto, un prado y
un sembrado de maíz.
Tú al otro lado de mis ojos,
yo sobre el verde, esperando.
Y el agua galopa
anegando el helecho;
un rucho de piedras
y dos ecos
y dos nombres,
y tal vez una canción.

Imaginemos
que me tienes,
que me amarás
sobre ese huerto,
sobre ese prado;
que me darás un sembrado de maíz,
que oleremos ese helecho empapado
y que el agua
no dejará de fluir nunca.

Nená

viernes, 24 de junio de 2011



Dónde dormirán los ángeles
cuando el invierno revuelva los huecos.

Vamos a hablar del mundo
-si nos dejan-
cuando se haga de noche.
Antes ven a respirarme,
o me perderé del todo
en laberintos largos y verdes.
Vendrán todas esas cosas
de las que ahora huimos,
vendrán y hendirán cuchillos
en el deseo y en su delgada
vaina;

yo buscaré un ángel entre tanta ruina,
me venderé a su redondez
y a sus pulcras estaciones. 

Sí, hoy  es  un  día  de   esos.

Nená

jueves, 23 de junio de 2011


Un beso y dos lenguas
al amparo de
un ángel  travieso.

Ven a buscarme amor.

Dame tu razón y tu desequilibrio
y deja después que me vaya.

Regálame la caricia de tus manos
en las hebras de mi pelo,
y tu tacto en mi tacto.

Consiente a mis labios en tu cima
y a tu instinto en mi refugio.

Ven a buscarme amor.

Rompe este muro,
permite que invierta letras en sexo,
y sexo en mucho más que voz;

deja que tu vientre bese mi vientre
y acepta amarme sólo una vez,

aunque se incline el mundo.

Nená

miércoles, 22 de junio de 2011

                                       Se han fugado los 
                         poemas
                          uno detrás de otro.
                          El mundo no 
                          entiende            
                          está embriagado,
                          dicen que de viaje
                           -¿embriagado?-

        


                                                                       Los amigos:
                                                                 tras las tapias 
                                                                     trasnochadas

                           No grites.

                          El mar desoye tus quejas
                          como todo
                          lo que no se pronuncia;
                          y es que nada es lo que parece
                         y el ponto lo sabe
                         -es sordo, ciego y mudo-
                         pero tú no.

                                                    Desordénate,
                                                    a medias, nada;
                                                    la intimidad es una cama
                                                    que nadie quiere compartir.

                                                    Estamos solos.

                         Nená

martes, 21 de junio de 2011

-la poesía-


Ella es el final del camino,
el regalo del verbo.

El agua
que calma al sediento,
la voz del afásico,
la primera caricia,
la última pelea.
El recuerdo más íntimo
y más elocuente.

Ella es la que nos invade,
un parto sin anuencia
que nace para activarse;

exhibe cómo respiramos
y cuánto hemos conocido,
y cómo toleramos,
y cómo camuflamos lo furtivo;

Ella es el homenaje del verbo,
el término del camino.

Nená
                                         
 Creo
que quizá te desato,
y me libero, para
no dejar de creer.

                                             
                                              

Me dejo llevar
glacial y dividida,
como el jaspe con
sus largas vetas;
excluyo un engarce
que no llegará nunca.

Negando reincido
sin sentir vértigo alguno,
y sabes que miento;
el escollo no existe,
lo oculta solícitamente
la reserva.

Todo es tan vago,
se anticipa o se ausenta;
desde aquí
el mundo me despide,
me conmina al olvido
sólo para salvarte.

Y es que nunca dejarás
que te aborde
porque yo ya te habito
tímidamente,
en un único y desolado
verso,
tan tuyo
y tan herido de mí.

Nená

lunes, 20 de junio de 2011


Ayer
sentía que
con la voz dormida,
cantaba el aire en el algarrobo;
mi fogón era cobijo de llegada
cuando la lluvia tremolaba nubes, y
los días serpenteaban como fulanas
en busca de huecos.

Hoy
no recuerdo dónde queda mi casa,
dónde el viejo tacto de las buenas cosas,
dónde el dulce temblor en el labio.
Mañana olvidaré tu nombre,
el templado roce
y el peso de tus manos.

Y negaré haber mimado al algarrobo,
haber codiciado la lluvia, y
que los días fueran siempre como fulanas,
buscando obstinadamente
aquellos huecos.

Nená

domingo, 19 de junio de 2011

-Un café a medias-

En desorden una idea,
los signos todos juntos
ahogados a preguntas,

pero volarán hasta el techo
vagamente perdidos.

Todo es mucho más sencillo,
fatigosamente sencillo.

El agua corre por el cristal
en una pugna sin reposo,
pequeñas y únicas lagunas,
         -Plof, plof-
y tú miras sin mirar
y yo en custodia, te miro.
Si yo fuera una gota
         ¿sonaría?
       -creo que no-

Dos y sólo dos, y
afuera un mundo mohíno:

Mi mano pequeña
danzará con tímido asalto,
y tu puño cerrado
-siempre bajo la mesa-,
apresará un silencio
abrumado
e indeciso.

 “Lloverá toda la semana…”
-Se escucha-

Nená
 Anónimos,

vadeando ademanes
reverso contra verso.
Cuánto abrazo perdido.

El suelo esta lleno de brechas,
de argumentos de huida, y
olvidamos cada día que pasa,
por irse.

Ser anónimo
no es del todo infortunado,
pero a veces extraño
-íntimamente-
una postura,
un guiño de apego;
el saludo de los pueblos,
el hola de cualquier desconocido.

Nená

sábado, 18 de junio de 2011


Como un roce en el agua
ondulamos las palabras,
para los sentidos de otro
-amables o rudos-,
o por gozo o por urgencia.

Todas ellas se van al fondo,
hondo
hondo
hondo
como un eco que no se pierde.

Si una de ella se escapa
y tú la encuentras,
deja que trastee entre tus cosas;

ella misma sabrá encontrar
espirales nuevos
donde no perderse,
para coronar otro atisbo
de poema,

o mil torbellinos
donde colarse,
para seguir orbitando
como lo hace el agua
con el roce de un dedo.
  
Nená

viernes, 17 de junio de 2011


Si yo fuera prado
sería  hierba, verde o seca,
alta o segada;
la flor es enteca
y demasiado bella.
-Desgraciadamente
todo se sufraga-

Si fuera monte,
sin duda arcilla,
limaría la tierra
haciendo surcos;
la roca es arrogante
se alza en cordillera, y cree
que la bóveda celeste es suya.
-Nada hay más solitario
que la infinita vanidad-

Si fuera aire
sería viento cálido,
subir, ascender bien alto
y llover en salto revoltoso;
mirar al horizonte siendo aún lejanía.
-El frío suele devolver frío.
La entraña herida, congoja-

Nená

jueves, 16 de junio de 2011


Nada como tú, y
el olor de tu cuerpo al quebrarse.

Te derrocho,
y antes de amarte
cierro los ojos
y tomo tu temblor como mío.

Te enjaulo
con la punta de mi dedo,
y devoro lento
cada pliegue ciego
-tan íntimamente tuyo-,
suspendido en el labio
                                                casi dormido,
                                                hasta beberlo con exceso.

Abotono
una y otra vez tu cuerpo
hasta el desquicio,
para vencer tu arrebato
con mi vehemencia.

Yo soy tu sudor,
tu vientre,
tu cadera,
tú, cada uno de mis seísmos;
y abriré mi palma a tu palma
para que me asedies entera
-gozosamente mío,
inmensamente tuya-

y me sometas,
y te someta.

Nená