Un padre nuestro y tres ave marías,
la mirada aguada, celeste, embebida.
El sol se suspende en tu boca
-con calinosos ecos-
esperando un beso, dos besos, tres besos,
pero nadie lo entiende.
Van a llamarte indecente
¿te das cuenta?
Llevas el sol en la boca
sólo quieres regalarlo.
Mucho es tu amor,
deseo lo llaman ellos
-túrbido y disoluto-
Pero el amor ¿no es deseo?
y el deseo ¿no es amor?
¿Dónde está la palabra
que entiende de soles
suspendidos en la boca?
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame