Un beso y dos lenguas
al amparo de
un ángel travieso.
Ven a buscarme amor.
Dame tu razón y tu desequilibrio
y deja después que me vaya.
Regálame la caricia de tus manos
en las hebras de mi pelo,
y tu tacto en mi tacto.
Consiente a mis labios en tu cima
y a tu instinto en mi refugio.
Ven a buscarme amor.
Rompe este muro,
permite que invierta letras en sexo,
y sexo en mucho más que voz;
deja que tu vientre bese mi vientre
y acepta amarme sólo una vez,
aunque se incline el mundo.
Nená
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