martes, 21 de junio de 2011

                                         
 Creo
que quizá te desato,
y me libero, para
no dejar de creer.

                                             
                                              

Me dejo llevar
glacial y dividida,
como el jaspe con
sus largas vetas;
excluyo un engarce
que no llegará nunca.

Negando reincido
sin sentir vértigo alguno,
y sabes que miento;
el escollo no existe,
lo oculta solícitamente
la reserva.

Todo es tan vago,
se anticipa o se ausenta;
desde aquí
el mundo me despide,
me conmina al olvido
sólo para salvarte.

Y es que nunca dejarás
que te aborde
porque yo ya te habito
tímidamente,
en un único y desolado
verso,
tan tuyo
y tan herido de mí.

Nená

2 comentarios:

  1. No has puesto nombre a esa foto, Nená.
    La sensación de dejar escurrir arena de entre los dedos.
    ¿Es tuya esa mano?

    glacial y dividida

    Besos.

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  2. Es cierto no le puse nombre. No es mía la mano, pero sí saqué la foto, y este poema es muy importante para mí.

    Besos,

    Nená

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