Nunca seremos doce
-ya no es tiempo de apóstoles-
Un mendrugo efímero
es un festín carniforme,
hembras-hombres
con vano engarce.
Pero en este vacío,
entre tanta oquedad
te distinguiré siempre.
No importa dónde estés
dónde te escondas.
El cúmulo que te cerque,
lo largas que tengas las piernas.
No importa tu fugacidad.
Nená
me ha gustado mucho tu manera de escribir. Te leo.
ResponderEliminarUn beso
Me lo llevo al librocara
ResponderEliminarBeso Není
Muas para los dos, so bonitos.
ResponderEliminarUn privilegio que me leáis,
Nená