
Inválida soledad
que curva el perfil de las cosas.
¿Dónde arrestas mi nombre?
¿Dónde mi oficio
de buscar venideros y
altas pendientes,
para poder otear el mundo?
Veo desde aquí
babiecas formas,
amargos seres que necesitan
reconocimiento.
La misma soledad lacerante
-opuesta, pero pariente-
en otros mucho cuerpos.
Cuánto dañino exceso,
Cuánto esfuerzo inane,
¿no éramos seres inteligentes?
¿En qué punto preciso
nos volvimos tan absurdos?
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame