lunes, 11 de marzo de 2024

Llueve y

nos volvemos terrones en tazas de té,

tan livianos, tan pacatos,

en amnesia pudibunda.

Te he escrito tantas veces

que olvido tu nombre y

el significado de nuestro pacto.

La maleza ha tomado posesión

de tu cuerpo; 

 pierdo la memoria de mi paso   

entre esta niebla 

que ciega el enorme ojo del puente, 

camino a casa.

Pancista e ignava

me retiro a algún lugar

del que no sé dar domicilio,

construyo un haz de luz

en proporciones exactas

que quepa en mi palma,

así retengo el mínimo recuerdo

de mí misma

y de algún ayer,

contigo,  

que ya no es el nuestro.

 

Nená de la Torriente