Mi Cantabria.
Algunos iremos a la deriva
no llegaremos a viejos.
Estoy en ti
pero cuando me alejo
disfrazo los ojos para que el alma
no me vea llorarte.
Los prados me visitan,
no los visito yo a ellos,
vienen y van y me abrazan
como las manitas de cientos de niños,
prietamente y al unísono.
Los amo, y es el mejor amor que conozco.
Algunos llegaremos al cielo
antes de llegar a difuntos,
apisonan los caminos rectos
y los dedos se acortan
en veredas de piedra.
Estoy en ti y te habito
sin ningún ropaje,
pero disfrazo los labios cuando me acerco
para que el alma
no me descubra,
ni una pena a la que llamar por tu nombre
para que no me oiga llorarte.
Nená de la Torriente