viernes, 28 de febrero de 2014


Altares 
sin piedra, 

grada remota. 

Donde queda el cielo 
es debajo. 

Los dedos, 
implorantes quimas 
de roble 
por un solo roce 

¡quiéreme a mí! 
¡Quiéreme! 
Sin una palma 
que les sostenga.

Demasiado tiempo 
venerando 

el cuerpo deserta. 

No hay estima, 
hay estupor 
en desorden, 

encantamiento, 
embeleso, 
maravilla. 

Con eso 

no se ocupan 
los 
be 
sos. 





Nená de la Torriente
Los malos no son tan malvados, 
sólo son idiotas 
augurando ir a más en su idiocia, 
de impericia a arrogancia, 
de incompetencia a desacierto. 

Causan luxaciones y equimosis 
en cada huella,  en cada asalto, 
sin entender nada, 
lo que pronto será fatuidad. 

Ínfulas de algo con denominación 
de origen. 

Los malos no son tan pérfidos, 
son personajes sin luz, 
de conciencia débil, 

son bobos, 
no pobres bobos, 
que se jactan 
de su lobreguez. 





Nená de la Torriente 

jueves, 27 de febrero de 2014

Poema de amor



Hay un hoy que tú me habitas, 
desconozco la puerta o el tablón 
que desvencijaste. 
Soy de levantar muros 
con sonrisas cálidas 
cuando el invierno trata de disfrazarse 
de primavera. 






Ahora las ventanas se llenan 
de insólitas margaritas tatuadas 
sobre el vapor de los cristales, 
y yo no lo entiendo. 
Repaso mis dedos,  los observo 
y trato de averiguar por qué tiemblan, 
y es que estás entre mis cosas, 
invadiendo las grandes y 
asaltando las pequeñas, 
con la espontaneidad de un pestañeo. 
                     …

Y no sé cómo llegaste, 
ni qué palabra me dijiste, 
ni cómo hiciste que te pensara 
de esta manera tan arrebatada y
tan connatural. 





Nená de la Torriente
-Reflejos del fuego-



Abatidas las formas 
se encienden las hogueras 
y los rasgos veraces de las cosas 
emergen del resplandor de las llamas. 

Caen los grotescos embozos 
hilados con telas de otras costas, 
y se avista el terrenal descuido: 
La desvaída voluntad de andar rendido 
con una soga de mano a palma. 

Ya los ojos no parecen tan  astrales, 
ni el guiño sugiere lo que con mucha 
alharaca parecía amor profundo. 

Ahora la caricia baja lábil en el rostro 
que se quiso, 
como se deslizan los leños en la lumbre. 




Nená de la Torriente

miércoles, 26 de febrero de 2014

A este mundo esdrújulo 
deberíamos arrancarle 
algunas páginas, 
diluir su tinta y probar 
de nuevo. 
Eso lo pienso por ti, 
que te quiero. 
Y porque te quiero 
yo tiraría de ellas antes, 
las rasgaría sin miedo, 
aunque no me quedase 
a reescribir. 
No regresan más que las aves,  y 
aquellos que alojan 
la garra y el nervio de una milicia. 
Yo siempre he sido agua 
empujando roca, 
inundando vida, 
no conozco el retroceso 
más que en la memoria. 




Nená de la Torriente

lunes, 24 de febrero de 2014

Detén el pulso 
y que pasen las flores 
con sus pies de hierba; 
La blanca paloma,  y 
el negro chubasco 
entre los altos ogros 
de persianas llenas. 




No ganaremos una carrera 
que ya se ha muñido, 
ni una cana vendrá aventajada 
si no sonreímos. 
Por qué correr tanto 
sin conocer cómo
nos respira  
la estrechez 
de las sábanas. 
Observa a la niña 
como frunce el ceño, 
infla la mejilla y 
deja caer 
una lágrima. 
Así nos libera el tiempo 
de tanta pelea, 
nos viste de orvallo 
en cortos entreactos, 
para poder 
suspirar 
a solas. 




Nená de la Torriente

Quiero verte, 
con ojos de tierra 
así quiero verte. 
Aunque las gotas 
de la ventana esbocen 
tu rostro,  y bese 
tu gesto en agua 
quiero mirarte. 
Y con estos ojos, 
rasos mis ojos, 
yo quiero verte. 
Aunque la noche 
me traiga tus labios 
y tus cejas en tinta 
en sueños precisos 
e indulgentes, 
yo quiero verte, 
y fijar mi pupila 
en el negro profundo 
de tus abismos. 
Mirarte,  como se miran 
los que se tienen, 
con tacto y aliento.
  
La letra presente 
en confinidad. 
Así quiero verte. 




Nená de la Torriente

domingo, 23 de febrero de 2014

-Tercos-

¿Y si te helaras?
Cualquiera podría venir
y romperte un cachito,
o partirte una pierna,
o cincelarte perro
-eso no estaría tan mal-
No quiero que pases frío
en ese banco,
tantas mantas y tiriteras.
Te digo que vayas al albergue
y no quieres,
te digo que vengas a mi casa
y tampoco.
¿Qué tiene la calle?
Frío, aire frío.
Las paredes no te van a robar el aliento,
y la libertad no se mide
por los espacios que ocupamos.
Se puede ser libre en un banco
o en una silla,
en una montaña
o en una estancia pequeña.
Pero si te mueres 
serás libre de otra manera,
¿es eso lo que quieres?
¿No prefieres calor,
pan con mantequilla y azúcar?

- ¡Que me dejes en paz, 
eso es lo que quiero!



Nená de la Torriente

sábado, 22 de febrero de 2014

Escribo


No puedo escribir pensando 
qué pensaré mañana, 
si algo es pecado o si aquello 
es política. 
Me sentiría un fraude, 
un panfleto, 
un policía del espíritu o 
un obrador de marionetas. 

Escribo porque me vibran 
los dedos en la extensión 
de sus yemas,  y el corazón 
me late aprisa, 
y siento como el aire mece 
un sinfín de sensaciones 
que están inconclusas, 
y van buscando ventanas más allá 
de mis ojos,  en otras pupilas, 
que alarguen un sentimiento. 

Y digo sosiego, 
y digo belleza, 
y plenitud, 
y conciencia natural 
de vivir entre los otros, 
pasando por encima de credos 
y de ideologías. 

Porque ser de izquierdas, 
de derechas o republicano, 
no me está diciendo nada; 
Como no me está contando
lo que quiero de ti, 
que seas cristiano, judío
ateo,  o musulmán.

Pero sí me habla tu pulso, 
la manera que tienes de 
inclinar la cabeza, 
de dolerte por otro 
y de mirar de frente al poniente, 
sin temer que tu raíz se haya 
quedado sin tierra,  donde
posar tus despoblados huesos. 




Nená de Torriente

viernes, 21 de febrero de 2014

-HIPO de VIERNES-

Yo quiero una paz contigo 
no una guerra. 

Ya no veo bocas piando 
ni revolucionarios, 
sólo guerreros; 
soldados del odio, 
del ‘pues yo más’, 
‘si yo pudiera…’, 
‘¡Si ellos roban el doble!’. 






Ordinarios, ni una huella 
de gentileza, 
‘la silla vacía es mía’, 
‘no te ofrezco’, 
‘no te cedo’, 
‘si puedo me divierto 
contigo o me burlo de ti’. 

¿Quién no es hoy el ladrón? 
¿Quién no es hoy el producto 
de su misma queja? 

Yo quiero una paz contigo 
no una guerra. 





Nená de la Torriente
De qué sirve la nieve 
y su maravilla 
si en vuestros ojos 
está lloviendo. 
De qué la caída amarilla 
de una hoja que se renueva 
silenciosa y pausada, 
si vuestros pies van tan deprisa. 
De qué  sirve ver tanto color 
en la sonrisa del niño, 
si sólo os preocupa si os desvalija. 
De qué todo este resplandor 
amaneciendo, 
si hundís la cabeza en el pecho. 
Para qué este olor a perfumes 
infinitos, 
si sólo olfateáis las aceras. 
La avaricia de papeles usados, 
de mano en mano 
y de reventa o tercería. 
Para qué tanto amor en los labios 
si no se escancia en su clara copa, 
sólo en palabras, 
términos o voces muertas. 
De qué sirve.






Nená de la Torriente

miércoles, 19 de febrero de 2014


La margarita de pétalos volcados 
no sabía 
que observaban su desnudez 
despojada por el viento, 
ni que miraban el hueco 
de su corazón de almíbar 
abrirse a la grieta de la codicia. 







Vivía serenamente,  embrujada 
por la dispensa de los colores, 
inmune a la malicia y al recelo. 

El primer picotazo 
-el brutal-, 
no le dolió tanto como 
los más pequeños, 
los que le fueron acometiendo 
con los años,  despacito, 
con indiferencia, 
-incluso con descuido- 
Hasta quebrar esa bella licencia 
tan suya, 
de no conocer la esclavitud. 





Nená de la Torriente

martes, 18 de febrero de 2014

-Rocío-

Lo que brilla entre los tréboles… 


Exhibe bajo glauco jugoso 
el nido redondo,  el candado roto, 
el estigma espontáneo de lo libre. 
Dibuja desunidos trazos 
de su avance o su descenso. 
Insignificante a tu ojo, 
temible para otros, 
anega o da de beber, 
abruma o estrangula. 
¿De dónde vino se preguntan? 
Para entonces el sol, 
en su reclamo de brillo 
cuando corona el campo y 
lo llena de rubios y ambarinos, 
ya lo hizo desvanecer. 





Nená  de la Torriente
-El desencantao-


Espera 
¿qué decías qué era el amor? 
¿Así,  tan claro? 
Sólo quedan baratijas, 
mienten los poetas. 
¿Qué se agarra cuando llega 
con los dientes? 
Menos lobos. 
¿Qué nada importa 
sino la suma de dos? 
Ya. 



Ese amor que venden 
tan inmenso hace poco favor 
a este otro tan real y tan, 
tan,  sin apellidos, 
un amor sin nombre 
que ha ido burlando el sentido 
de la espera
-¿Mejorará?- 
Dime: 
¿Quién se enamora hoy o 
mañana,  sabe con certeza 
que lo que siente es amor 
y no es bragueta?

¡Ay  el amor, 
cuánto ha dado que hablar! 
Al ufano y al villano, 
al cándido, 
al delicado. 
-Ahora el que piensa es el poeta-
Amorosamente presentado, 
cruza mares,  rompe puentes, 
no ve obstáculos, 
porque es ciego, 
¡de cierto que es contumaz! 

Y una mierda.
-Le espeta el desencantado-




Nená de la Torriente

lunes, 17 de febrero de 2014

Prometo 
no prometer, 
sino vivir a mi manera. 

Ser en indiscreta presencia 
si es mi deseo, 
o muda e incorpórea, 
si eso me satisface. 

Habitar las palabras, 
no dejar que me conduzcan, 
ni que me lideren.

Llenar cada sílaba de mi voz 
con alborotos vivos, 
y cada silencio con estallidos 
de nieve blanca. 

Prometo 
no prometer, 
y no comprometer 
lo que me queda, 
ni por un puñado de verdades 
ni por un kilo de mandamientos. 

Ser siendo agua todavía, 
fértil movimiento 
que vaya buscando 
hallar siempre un lugar, 
donde alzar los pies y sestear 
por unas horas. 





Nená de la Torriente