deberíamos
arrancarle
algunas
páginas,
diluir
su tinta y probar
de
nuevo.
Eso
lo pienso por ti,
que
te quiero.
Y
porque te quiero
yo
tiraría de ellas antes,
las
rasgaría sin miedo,
aunque
no me quedase
a
reescribir.
No
regresan más que las aves, y
aquellos
que alojan
la
garra y el nervio de una milicia.
Yo
siempre he sido agua
empujando
roca,
inundando
vida,
no
conozco el retroceso
más
que en la memoria.
Nená de la Torriente