y que pasen las
flores
con sus pies de
hierba;
La blanca paloma, y
el negro chubasco
entre los altos ogros
de
persianas llenas.
No ganaremos una
carrera
que ya se ha
muñido,
ni una cana vendrá
aventajada
si no sonreímos.
Por qué correr
tanto
sin conocer cómo
nos respira
nos respira
la estrechez
de las sábanas.
de las sábanas.
Observa a la
niña
como frunce el ceño,
infla la mejilla y
deja caer
deja caer
una lágrima.
Así nos libera el tiempo
de tanta pelea,
nos viste de
orvallo
en cortos entreactos,
para poder
suspirar
a solas.
a solas.
Nená de la Torriente