sábado, 1 de febrero de 2014

No es que nada esté en su sitio, 
es que el sitio es una huella aleatoria. 

Camino-señal-casa-bosque, 
¿lo quieres así para ser feliz? 
¿Servido? 
O acaso prefieres 
¿ bosque-señal-camino-casa? 

Y tú,  hombrecito, 
¿quieres una luz encima de tu hombro 
que te haga saber lo especial que eres? 
O ¿te conformas con conocerte 
en la finitud de tus cosas, 
hasta alcanzar -tal vez,  o no- 
la plenitud de lo que desconoces? 

Tanto buscar un hueco, 
un lugar en este mundo, 
que desprecias el espacio 
que ya estás ocupando. 

Eres.

¡Eres!





Nená de la Torriente