domingo, 16 de febrero de 2014



Tanto 
y en esto se queda. 

Aliento asmático 
que apura el oxígeno 
y pita, 
y sigue pitando, 
y dice  ¡estoy aquí,  cuerpo! 

Así los versos, 
uno a uno,  de él y de ella, 
que beben del alma entera 
y del temblor de sus labios ciertos.

Se entregan, 
y siguen entregándose, 
y dicen  ¡aquí estamos,  mundo! 

Queda la boca entreabierta 
y el fardo de poemas escritos,
nunca el denuedo por respirar 
ni la existencia de verdaderos seres. 





Nená de la Torriente