jueves, 6 de febrero de 2014

Teníamos los dedos cruzados 
detrás de la espalda. 
El chicle mudo debajo de la lengua. 
Cuatro ojos a punto de romperse 
mordidos por la risa 
y un tic,  tac,  en espera. 













¿Quién se llevó lo que falta? 
¿Quién lo que dijo? 
¿Quién si reímos? 
¿Si nos atizó con la regla, 
si nos reprendió severamente 
o nos puso de cara a la pared…?
El tiempo no pasa,  desborda los cantos 
de las cosas. 
Son demasiadas, 
empujándose unas a otras 
por miles de instantes vividos 
como si fuesen el último día. 
Esa carrera loca de 
¡vive, vive, 
que tal vez no quede otro 
para jugar, por respirar! 
Minutos a minutos, 
segundos a segundos
sin tiempo para tomar notas. 
La vida es una enorme 
bocanada de aire. 



Nená de la Torriente