Cualquiera
podría venir
y
romperte un cachito,
o partirte una pierna,
o cincelarte perro
-eso
no estaría tan mal-
No
quiero que pases frío
en
ese banco,
tantas
mantas y tiriteras.
Te
digo que vayas al albergue
y
no quieres,
te
digo que vengas a mi casa
y
tampoco.
¿Qué
tiene la calle?
Frío,
aire frío.
Las
paredes no te van a robar el aliento,
y
la libertad no se mide
por
los espacios que ocupamos.
Se
puede ser libre en un banco
o
en una silla,
en
una montaña
o
en una estancia pequeña.
Pero
si te mueres
serás
libre de otra manera,
¿es
eso lo que quieres?
¿No
prefieres calor,
pan
con mantequilla y azúcar?
- ¡Que me dejes en paz,
eso es lo que quiero!
eso es lo que quiero!
Nená de la Torriente