jueves, 27 de febrero de 2014

-Reflejos del fuego-



Abatidas las formas 
se encienden las hogueras 
y los rasgos veraces de las cosas 
emergen del resplandor de las llamas. 

Caen los grotescos embozos 
hilados con telas de otras costas, 
y se avista el terrenal descuido: 
La desvaída voluntad de andar rendido 
con una soga de mano a palma. 

Ya los ojos no parecen tan  astrales, 
ni el guiño sugiere lo que con mucha 
alharaca parecía amor profundo. 

Ahora la caricia baja lábil en el rostro 
que se quiso, 
como se deslizan los leños en la lumbre. 




Nená de la Torriente