esta
cesta de palabras
que
he dejado en tu puerta.
No, no es una invención ni una fábula.
No, no somos engranaje de nada,
sólo
asustadizas piezas
que
si saltan se verán solas
y
temen no reconocerse de ese modo.
No, no es una ilusión ni una fantasía,
soñar
que soñando se puede alcanzar
un
estado real de conciencia.
Ser
siendo cada uno
en
cada momento,
aceptando
como único tormento
que
el día tenga
cuarenta
y ocho horas
para
procurarnos la felicidad.
-Lo
demás, si lo piensas bien,
son
sólo pequeñeces-
Nená de la Torriente