sábado, 30 de agosto de 2014

Quiero contarte


Quiero contarte 
cómo suena mi voz 
cuando no se pronuncia, 
y cómo cae la lágrima 
vestida de música 
o en amaneceres plata, 
-siempre hacia dentro- 

Quiero contarte 
lo que no escribo ni presto  
y ato a mi cintura 
con un nudo en mordida, 
para que nunca me lo reclames 
y veas -tal vez-
 la línea de tiza 
 contonearse altiva 
separándonos 
como enemigas vocales. 

Quiero contarte 
lo que no contándote 
me persigue y se adueña 
de un territorio 
que pudo ser tuyo, 
de tan simple, 
de tan cercano. 

Quiero contarte 
cómo pasan los días 
aquí en el norte, 
 plácidos, 
como gotas de lluvia
 en llovizna dormida,
gota
 a 
gota, 
mecidas por el sonido
 acampanado 
de las cucharillas de café 
girando 
en las humeantes tazas. 



Nená de la Torriente 

martes, 19 de agosto de 2014


Te miro y mirarte 
es pasear castillos ambulantes 
del manillar de una bici 
con heridas de arena.
Mirarte es llevar de la mano 
todas las amapolas 
de los campos serenos 
que hacen mares del trigo. 
Mirarte es colmar jarras de vino 
con sombras frescas de olivo, 
vides e higueras. 
Mirarte es volcar el ombligo 
a un terremoto de avispas 
en su mismo avispero. 
Mirarte es dejarse bañar 
por las aguas de un río 
de tenencia celosa 
y bajar hasta el fondo 
en busca de sirenas. 
Mirarte es mirar al amor, 
 observar el incendio 
y a su rebrote incesante, 
como a la mecha 
de una vela inquebrantable 
que no  par
                pa
                      de
                             a
con el paso del aire. 



Nená de la Torriente

domingo, 17 de agosto de 2014


Haremos un trato: 

Seremos sábado para no desear 
ser domingo 
metiendo la mano 
en los dientes del dragón. 

Es muy sencillo, 
a la de tres saltamos, 
una sola vez en el sitio 
sin perder la vista en el otro 
sobre este colchón 
de mariposas. 

¿Qué te diría si fueras yo 
en este instante? 

No me dejes de vivir 
amor, 

respírame,

suspírame, 

que si no me desdibujo 
como
 las 
acuarelas 
en 
papel 
b
r
i
ll
a
n
t
e





Nená de la Torriente

viernes, 15 de agosto de 2014


Hablaré para no decir 
para que sepas que estoy aquí, 
escuchándote. 

No morderé la manzana. 
No morderé la manzana, 
ni siquiera miraré el árbol. 

Voy a ser la sombra que mida 
tu cintura cuando quieras un abrazo, 
tus labios y el grueso de la lengua 
cuando busques ese beso 
que te inflame y te trastorne. 

Voy a ser el cielo raso de tu sexo. 

Ningún mandamiento, 
ninguno. 
El peso y las medidas, 
los códigos y los edictos sin digerir, 
yacerán en el cuerpo frío 
de las serpientes. 


Nená de la Torriente

miércoles, 13 de agosto de 2014


Puedo darte en lo que no estoy 
y aquello que no sé que tengo, 
porque en tus brazos devengo 
en una chamba imprecisa, 
falible como todas las cosas 
que dejan de ser siendo 
lo que han sido, 
o aquellas que se precipitan 
en nacimiento sin saberlo. 


Estando contigo voy y vengo 
y bailo con el fino polvo que levanta 
el lebeche
o corro a morder tu espalda 
con el frío hosco del gregario

Quiero y puedo amarte, 
porque estoy en toda tu cordillera 
de parte a parte 
y me perteneces tanto y de tal manera 
como la gravedad de la tierra 
exige el peso de sus cuerpos. 




Nená de la Torriente

lunes, 11 de agosto de 2014

No me regales...

No me regales palabras acendradas, 
tan deliciosas, 
tan eximias, 
que ya mi digestión es lenta 
y aunque conozca el peso de los 
diccionarios me gravita más la vida. 
Sé de lo hermoso de los participios 
sobre un lecho de lenguas pretéritas 
enroscándose aún en algún lugar imposible. 
No midas mi alcance por el recorrido sencillo 
que va hasta mi puerta, 
porque los huecos te los dejo a ti 
para colocar estrellas o términos azulinos 
con el brillo de esa nota encumbrada 
de colegio.


Nená de la Torriente
Donde queda el hogar, 
el pensamiento alrededor de un punto 
siempre quedo, 
ya sea tenido a la carrera y loco 
o sosegado y cálido. 
Allí donde las aves de mañanas húmedas 
canturrean los picos de un corazón 
que se desprende. 
La amanecida es siempre nueva 
y el lugar es siempre el mismo 
aunque orbite en posiciones de grado. 
¿Y dónde está tu casa ahora, dime? 
¿Dónde el portal de tus distensiones? 
¿Dónde la única caricia inconfundible? 
¿Dónde el amparo y la avenencia? 




Nená de la Torriente

domingo, 10 de agosto de 2014

DESGARRO


Bajo la atenta mirada de la compostura 
se van construyendo los delitos. 
La gravedad reside en que la palabra 
no estalle, y es ella la que debe estallar 
antes de que caiga el casquillo al suelo. 

¡Nadie quiere que otro ser humano muera! 
Es un desgarro que se vierte como herida propia 
por no haber sabido… 
Por no haber podido evitarlo. 

A nadie le gusta la guerra pero ellas existen, 
porque hay pueblos que avasallan y otros 
que no quieren ser avasallados, 

Estados que manipulan, economías que subyacen 
en la sombra de cada arma que sostiene una mano. 

¿De qué nos sirve la inteligencia? 
¿Esa sensibilidad exquisita para el Arte? 
¿La música?
.
.
.
¿La poesía?

La bondad de millones de corazones 
que no pueden más que condolerse 
por tener corazón, y que el mundo, 
su mundo, 
no haya dejado de ser ni un milímetro 
más villano 
con todo 

lo que ahora 

sabe. 




Nená de la Torriente

sábado, 9 de agosto de 2014


Hasta dónde el manejo 
de la pa pa pa pa palabra? 

Dioses vencidos que no vimos 
el cielo nunca, 
arracimamos nubes en algo 
que parecía la lejanía de un horizonte. 

Bastó con meter los pies en hielo 
una sola vez para envejecer por dentro 
y ver absurdas las agonías, 
y agónicas las alegrías de quereres 
que estaban escritos; 

pero una mano sobre la piel 
tampoco calmó con placer ese amor 
que andábamos buscando. 

Dioses mezquinos, 
nunca imaginamos el paraíso, 
sólo empujábamos hojas de parra y miel 
sobre un lecho de la memoria, 
para embellecer nuestra puérpera vista 
llena de vértebras rotas. 

Dioses tontos,  
bebidos por las siempre insaciables 
 pa pa pa pa palabras. 




Nená de la Torriente

jueves, 7 de agosto de 2014

A tí, ser humano


Sígueme si puedes 
donde nada perturba, 
al mismo centro del beso 
no al costado ni al inicio 
donde todo es revoltoso 
maridaje de terciopelo y lija. 

Sígueme si puedes de un salto, 
allí donde se columpian las nubes 
sin cielos, 
donde no hay claro-oscuro 
ni lunas, 
ni amores soberbios, 
donde amarse es condición necesaria 
no último andén de la contienda, 
que otro llame caricia. 

Sígueme si puedes 
y cuélate dentro sin armar murmullo, 
que no hay que hablarlo todo 
lo que callado está dicho, 
ni pensar más allá de lo que no debe 
de suyo proclamarse. 

Te quiero. 



Nená de la Torriente

lunes, 4 de agosto de 2014

Soñadores


No corras tanto. 

Te alcanzará la nieve 
en medio de agosto 
y anegará tu nido. 

Todos han soñado 
alguna vez, 
tú y yo lo hacemos siempre. 

Las naranjas sólo son doradas 
con la caída de la tarde 
cuando en manitas de un sol 
que se fuga, 
creen que son la fruta de un cuento.

Nos van a reprender toda la vida 
por ser como somos, 
por ver en las cosas una verdad 
primera, 
una realidad segunda, 
y una mentira imposible. 

Pero nos seguirá dando lo mismo, 
si aún podemos arrancar tréboles 
en las cunetas. 




Nená de la Torriente

viernes, 1 de agosto de 2014

Si juntase todas
mis faltas de ortografía 
haría una saya negra 
con que cubrir tus desencantos. 

Me quedaría paño para deshilar 
en llantos cada carcajada rota 
desposada con un dedalillo de anís, 

y hasta un ovillo 
para desenredar cometas. 

Tanta –h burlona, 
tanta –v que quiso ser más alta 
y amiga amable de Botero, 

esos acentos díscolos, 

y aquellos remolones que se colaron 
entre los versos como ilegales 
en busca de otra patria, 

porque la que guía este barco 
siempre zarpa deprisa 
sin revisar su tripulación.

Si juntase 
todas mis faltas de ortografía 
podría hacerte un tejado de tintas 
para que llovieran lunares negros 
en todos los trajes de novias,

puntos infinitos para caminar 
en el vacío 
y botes salvavidas para vadear
todas las aguas. 




Nená de la Torriente