Quiero
contarte
cómo
suena mi voz
cuando
no se pronuncia,
y
cómo cae la lágrima
vestida
de música
o
en amaneceres plata,
-siempre
hacia dentro-
Quiero
contarte
lo
que no escribo ni presto
y
ato a mi cintura
con
un nudo en mordida,
para
que nunca me lo reclames
y
veas -tal vez-
la línea de tiza
contonearse altiva
separándonos
como
enemigas vocales.
Quiero
contarte
lo
que no contándote
me
persigue y se adueña
de
un territorio
que pudo ser tuyo,
de
tan simple,
de
tan cercano.
Quiero
contarte
cómo
pasan los días
aquí
en el norte,
plácidos,
como
gotas de lluvia
en llovizna dormida,
gota
a
gota,
mecidas
por el sonido
acampanado
de
las cucharillas de café
girando
en las humeantes tazas.
Nená
de la Torriente