No
corras tanto.
Te
alcanzará la nieve
en medio de agosto
y
anegará tu nido.
Todos
han soñado
alguna
vez,
tú
y yo lo hacemos siempre.
Las
naranjas sólo son doradas
con la caída de la tarde
cuando
en manitas de un sol
que
se fuga,
creen
que son la fruta de un cuento.
Nos
van a reprender toda la vida
por
ser como somos,
por
ver en las cosas una verdad
primera,
una
realidad segunda,
y
una mentira imposible.
Pero nos seguirá dando lo mismo,
si aún podemos arrancar tréboles
en las cunetas.
Nená de la Torriente