jueves, 7 de agosto de 2014

A tí, ser humano


Sígueme si puedes 
donde nada perturba, 
al mismo centro del beso 
no al costado ni al inicio 
donde todo es revoltoso 
maridaje de terciopelo y lija. 

Sígueme si puedes de un salto, 
allí donde se columpian las nubes 
sin cielos, 
donde no hay claro-oscuro 
ni lunas, 
ni amores soberbios, 
donde amarse es condición necesaria 
no último andén de la contienda, 
que otro llame caricia. 

Sígueme si puedes 
y cuélate dentro sin armar murmullo, 
que no hay que hablarlo todo 
lo que callado está dicho, 
ni pensar más allá de lo que no debe 
de suyo proclamarse. 

Te quiero. 



Nená de la Torriente