lunes, 31 de octubre de 2011


Le dijo el histrión al amor:
Véndeme un escenario, 
voy a levantar una quinta pared.
Una sin salida tras el patio de butacas
donde no puedas rechazarme.
Cada día una actuación distinta,
una declamación nueva,
un sugerente personaje,
una situación repentina.
Y si consigo que me mires
y me indultes con ojos nuevos,
haré de esa quinta pared mi sepulcro.

-Por supuesto el amor le ignoró, 
de principio a fin-

Nená

Poco a poco se van las horas 
en derrumbe, esperando que no llegue
lo que esperas.

La primera vez sonreías, tu espera ardía,
¿y si viene hoy mi princesa, y si llega ahora?



El delirio del anhelo te hacía poderoso.
Iban pasando los días y seguías sonriendo
tu paciencia no detenía  su denuedo.
Pero tú envejecías como envejecían
las cosas,
¿y si viene hoy mi princesa, y si llega ahora?
Al pasar los años había días que olvidabas
por momentos tu maravilloso deseo,
y pasaba por tu lado sin que te dieras cuenta.
Un día cansado,
terriblemente cansado,
sentado en tu vieja silla pensaste:
Por Dios, que no venga, no podría recibirla en condiciones’.


Nená

domingo, 30 de octubre de 2011


Confidencias vulneradas,
el atropello del secreto.
Una huella de pie desnudo con forma de zapato.
El rapto de la sirena que te salva la vida
y la invitas a beber oxígeno,
porque no puedes dejar de mirarla.
Sangra el enigma,  que sabe que su clave
anda desnuda, ni bajo tierra, ni con los siglos,
ni con la vida de pobres insípidos.
Y es que el secreto en su requisito
y en la intimidad de su índole
llama al derribo:
al huroneo y al capricho,
a la ciencia o al egoísmo.
Todo argumenta  -con o sin peso-
a destapar su refugio.
Invita al desvalijo, al pirateo,
al parche en el ojo, como si de un cofre
de monedas de oro
todo enigma tuviera un lecho.

Nená

Verso a verso poema caminante,
haces paradas para escanciarte un buen vino,
dos monedas y vuelta al borrón.
Nada está escrito, nadie más libre que tú.
Nunca retrocedes, sabes que no hay hogar,
ni amor, ni prebenda provechosa,
tal vez un corazón que te acoja,
con una humanidad distinta
quién sabe si dos.

Y mientras el ‘autor de letras’
-dícese el poeta-,
andará mordiendo un lápiz y preguntándose:
¿Habré pagado la factura de la luz?


 Nená

Ya no venden lunas en la plaza,
que los charcos no permanecen quietos.
Demasiada gente, mucha prisa,
su reflejo ya no puede verse nunca.
Ya no venden auroras ignotas,
parece que llevan hasta apremio,
van mordidas de aire dañino
inoculado por la artería del peculio.
Por no vender, ya ni venden besos legítimos
de esos de una vez y para siempre,
ahora se rompen por las esquinas,
se borran, se desgastan, se maquillan.
La vida ha cambiado muy deprisa
o hemos entendido muy despacio.


Nená

sábado, 29 de octubre de 2011


'Busco el escriño donde  guardé el verso
 bajo  papeles que destapo y desnudo
con la nervatura del demente,
pero  no encuentro más
que facturas y deshabitadas cartas,
y  en cada hoja  que arrojo al piso
soy como un pez que pierde sus escamas,
desesperado y confuso.
¿Dónde está mi verso?
¿Dónde está mi verso?’
Una línea cosida con hilo de plata,
término a término,
como un juramento.
‘Nunca volveré a escribir nada más hermoso’
se lamentaba el poeta, y así es,
porque el verso le hilvanó a él.

No somos imprescindibles.


Nená


Sólo una línea basta
para que el viento doble la sierra
si la inflexión al leerla
fuese la precisa.

El mundo es una canica compacta,
pero el vidrio puede quebrarse.

Conoces muchas cosas,
y ellas juegan a enredarse entre tus dedos.

Pero los padres de tus padres
y sus abuelos,
te enseñaron muchas líneas,
algunas buenas, otras destronadas,
y hoy sólo dices babieacadas,
enardecidas babiecadas,
que hacen de ti un gran estúpido.



Nená

viernes, 28 de octubre de 2011

-SUTILEZAS-


Me dice que nota las estaciones
y le pregunto,
si con ellas la brisa del otoño,
y los olores de la primavera.
Me llama loca,
y se queja de los huesos
y de los dolores de cabeza.



Tiene veintiocho años, pensé
que a esa edad podía
disfrutar del arroyo cuando crece
aunque no pueda verlo,
y sentir el brote de la rama,
y la llegada del invierno.
El olor de los jardines y del frío,
que anuncia la pureza del cielo.
La lluvia que purifica,
borra las paredes del mundo
y nos da otra oportunidad.

Me desconsuela que tantos
estén tan lejos de un mundo
que silba, una y otra vez, prodigios.


Nená

jueves, 27 de octubre de 2011


-Es sólo una opinión, y como opinión, la importancia justa-


Convengo que lo he intentado todo
para seguir a flote,
como si estar sumergida
fuese un mal apartamento.
La opinión, el pitagórico número dos,
no es más que una banda ancha de goma
con que las niñas juegan,
que tan pronto se estira
como se hace chica.
Poco cuidado puedo tenerla,
si guarda una verdad diminuta.
No es que quiera llevar la contraria,
pero no me gusta que me empujen,
así que me paro cada poco y pienso:
¿a dónde van todos estos?
y la mayoría de las veces no me gusta.
Tanto ‘New New’, y tanta rasgadura, 
me da ardentía, cuando no
leves muestras de risa.
Y lo que llaman vanguardia esta muy bien
-incluso realmente bien-,
pero a veces sólo van de batida
y parece más una burla.


Nená

Detrás de todo qué queda,
de la espera,
del desconcierto,
de la angustia y la cana prematura.




Esa prisa veloz que será pasajera
y nos robará el pulso
¿cuántas veces?
Más allá de la lágrima
que seca se cobija en el rostro
en hilos de sal,
qué queda,
si la pena soldada o va a otro lugar,
o sólo somos conductores
de muchas vidas dentro de una.
Qué queda tras el amor
cuando se esfuma
como un cigarro consumido
con vehemencia, y qué
de esos años de ilusión
por piezas necias, que acabaron
entre la broza prendida.
Mírate, mírame, de qué planeta
vinimos y a qué universo
iremos, o acaso
¿fuimos alguna vez?


Nená

miércoles, 26 de octubre de 2011


Dónde estabas tú
cuando a hurtadillas me descalzaba
en el colegio,
cuando llevaba dos trenzas
sujetas;



kilos en la mochila
y  alergia a los gatos.

Qué hacías tú 
cuando yo iba por los pubs
a regalar mis versos,
con mi melena rota
y una flor en el pelo.

A dónde ibas tú
cuando yo cogía los trenes
y cada vuelta de rueda
era una emoción distinta.

Qué flexos usabas,
qué libros leías,
¿qué estudiaste?
¿viajabas?

Cómo aprendiste a ser
mientras yo iba creciendo.
Puede que nunca nos encontráramos
pero estabas siempre en mi cabeza.


Nená

En una calle cualquiera,
a una hora cualquiera
la personas recorren medidas
sin la prisa de sus relojes.
El tiempo no asusta,
ni hostiga, se desoye
como se desoyen las demás cosas.
No hay que irse muy lejos,
la armonía o una pausa de paz
está cercana
a una calle cualquiera,
frente a un escaparate,
o tomando un café en buena compañía.


Nená

martes, 25 de octubre de 2011


Imagino que de tu casa a la mía
vamos en bicicleta,
que comemos tortillas en los sembrados
y uvas en las quimas de los árboles.




Que hacemos de un día gris
un día soleado,
o de ese camino una avenida londinense.
Imagino que todo es muy sencillo,
el aire limpio, el cielo rasgado.
La forma de las cosas
no nos distraen, están ahí
siendo con nosotros.
Puedo imaginarnos sin nombre,
sin un pasado,
sin equipaje ni lábaros,
con voces afables y
espontáneos ademanes.
Pero no puedo imaginarme ni un instante,
que no haya un lugar para el verso
y el poema.


Nená

Ángel de paso, travieso, huidizo,
sigue tu camino al anochecer.
Llévate el sol en su infinita maravilla,
y llévate mis ojos con él.
Quizá mañana el alba me regale
olores nuevos, de verde y de rocío,
de humedad mordida.
El viento arrastrará perfumes
de lavanda, de romero,
de tomillo enredado en la maleza,
escondido.
Recogeré algarrobas para hacer harina,
ramas con las que hacer una hoguera.
Y esperaré la tarde para que vuelvas,
por ver contigo y mis fascinados ojos
al sol verterse,  en su infinita maravilla.


Nená

lunes, 24 de octubre de 2011



Eres la eterna explosión que no explota.


El que recoge los gritos
y los archiva.
Olvidas que algunas cosas
no son para vivir confinadas,
necesitan oxígeno
y liberarse sin ser detenidas.



Un día de estos se abrirá una brecha,
y estallarás sin remedio,
ni poco a poco, ni con sentido,
una detonación sin previo aviso,
absurda y descabellada.

¿Qué será de ti, y de tu perdulario archivo?
¿Qué del tiempo perdido?
No vivas en zapatos de otros,
tienes unos pies perfectos
y son sólo tuyos.
No te quedes sin palabras.


Nená

No hay que escupir palabras
con humor de diablos,
ni citar a Wislawa Szymborska
para poder escribir.
Y sé que el que transgrede entiende
que si vomita versos debe de rasgar
gargantas, cuando no conciencias
-que eso ya es de altura-.
Pero retuerce líneas como toallas
mojadas, hasta sangrarlas,
y descoloca verbos
como sienta en sillas a muchachas feas
en bailes llenos de muchachos bellos.
Convierte una verbena
en una verdadera calamidad.


Nená

-Halloween-


Me gusta su naranja encendido
aunque ni huela ni a naranja sepa, 
y esa cremallera de su boca
que nunca se cierra, nunca, nunca.


Me gusta el miedo que da risa
y la risa con palomitas,
y que no sea nuestro,
y que no me importe.
Me gusta que no haya peleas
por una bandera
más allá de las mareas,
que si tradiciones, que si políticas.
Yo sólo sé que es un festejo
-viva la risa y el alboroto-
y yo me apunto
a un cañoneo;
que ya esta bien de pupas
y de sangrías,

Señores.


Nená

domingo, 23 de octubre de 2011


Te digo que en este espacio
hay muchas sombras
y las propias sombras sonríen.
Tú ignoras lo que digo, porque
crees que ya hay demasiada gente
ocupando este mundo.
Cada vida es una bala que queda retenida
en algún lugar del corazón de alguien,
y busca la salida para dejar de dolerle.
Unas se escapan deprisa y otras se encallan,
y sombrean las aceras con su inquieta dolencia.
Sé que no te gusta que hable de cosas turbias,
pero a ellas tampoco creo
que les gustemos demasiado,
así que pintemos mariposas y estrellas,
o nubecitas,
a ver si cada una de las balas se serena
y vuela a un lugar especial.


Nená

Le digo al que habita el cielo
que me ayude a ser lo que debo ser,
aunque no me guste.
Que abandone algún sueño
porque me hace mal.
Y Él me contesta:
‘Intentaré que dejes
de ser tan estúpida’.

Nená

sábado, 22 de octubre de 2011

-Libre-


Hay vidas que viviría
sin saber cómo.
Pensando cómo respirarían
solas, sin permisos,
inconscientes del momento
y del horario,
sólo entendiendo de hambre
y de cansancio.
Quizá no sabría cómo descifrar
las palabras
que atadas componen un verso,
ni sabría lo que es un beso
ni su estrecho estremecimiento.
Pero puedo imaginar el aire
rozando esas crines doradas,
todo un prado bajo sus cascos,
ese agitar de músculos a la carrera
en desorden y en libertad,
y codicio esa vida
y ese cruzar a solas respirando.


Nená


Vive la sorpresa en lo ignorado,
a la sombra de todo
lo que ya intuimos.





Nos sobrevuela en las pestañas
como un chasquido,
en la nariz de un niño
tras una confitería,
el segundo antes
de ser apartado,
despegado de su placer.
Viven los instantes
en su concisa brevedad
y en ella se difuminan,
y maldigo la memoria que se los lleva.
Si el recuerdo preciso
quisiera quedarse,
haríamos novelas, grandes cenas,
homenajes por lo que fueron una vez.
Vive la emoción
en el contraste, en el asombro
que nos deja suspendidos,
carentes de palabras, de sentencias,
rendidos a un ojo seducido,
sin bucear en otra cosa
que no sea devorar su curiosidad.



Nená