domingo, 23 de octubre de 2011


Te digo que en este espacio
hay muchas sombras
y las propias sombras sonríen.
Tú ignoras lo que digo, porque
crees que ya hay demasiada gente
ocupando este mundo.
Cada vida es una bala que queda retenida
en algún lugar del corazón de alguien,
y busca la salida para dejar de dolerle.
Unas se escapan deprisa y otras se encallan,
y sombrean las aceras con su inquieta dolencia.
Sé que no te gusta que hable de cosas turbias,
pero a ellas tampoco creo
que les gustemos demasiado,
así que pintemos mariposas y estrellas,
o nubecitas,
a ver si cada una de las balas se serena
y vuela a un lugar especial.


Nená

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