Muchas aceras largas tendremos
que recorrer a solas.
Algunas, con suerte, tendremos
manos amigas que harán de nuestro viaje
trayectos dichosos, incluso memorables
-días, meses, décadas-
Los caminos de los otros
son golpes de nudillos en la mesa
de idas y venidas, irremediablemente,
como irremediablemente
somos nosotros
los que hacemos nuestro propio camino.
No podremos culpar a nadie,
habremos hecho uso de nuestras sentencias.
Pero si estaremos agradecidos
por tanto encuentro generoso
para nuestro inválido corazón.
Nená
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