domingo, 16 de octubre de 2011


Somos seres inseguros, pero
tampoco nos lo ponen fácil.
De una simple pregunta
hay cientos de respuestas.
¿Cuántas clases de helados crees que hay?
En una zapatería
la lista de modelos es casi interminable,
las posibilidades nos arrinconan.
Pero ya no es esa libertad limitada,
nunca absoluta,
es que debemos decidir sin más,
un acto de debería resultar sencillo
si te acoges al exquisito juego del niño.
Pero nos dio por crecer,
y ahí lo complicamos todo,
Como si en ese equipaje llevásemos un kit:
‘Complíquese o no será usted un adulto’,
y nos equivocamos.
No supimos distinguir entre
lo que necesita una gran reflexión, 
y reflexión-0,  atracción-1
-ejemplo, el helado-,
así fuimos liando el ovillo
formándonos seres inseguros.
Una pregunta, demasiadas respuestas.


Nená

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